¿Trabajando a solas?
El tema actual es el liderazgo eclesiástico bíblico. Hay muchos modelos de liderazgo eclesiástico. Abundan los libros para ayudar a líderes eclesiásticos a desarrollar sus habilidades y dones para ser lo más efectivos posible. Aquí le daremos una mirada breve a uno de los aspectos más ignorados—que no necesitas estar solo. La Biblia constantemente alaba la pluralidad. Comunidad, trabajo en equipo, y participación en grupo se ve en ambos testamentos. Este aspecto comunal de la vida en Cristo figura en los narrativos y en reflexiones didácticas teológicas. Buscaremos en el pentateuco, literatura de sabiduría, los evangelios, Hechos, y las epístolas para mostrar que la idea de la pluralidad aparece a través de toda la Biblia.
La conciencia general se ha alejado de la mentalidad del Llanero Solitario, y se ha acercado más a una perspectiva de equipo, o una perspectiva orientada hacia la comunidad. Sin embargo, la sociedad occidental sigue siendo altamente individualista en su vida práctica. La iglesia no ha sido tan radicalmente diferente en muchos casos. La tentación de “hacerlo solo”, al estilo del héroe, se encuentra por todas partes. El trabajo en equipo está bien, si vienen personas conmigo, pero si no ser así el caso, lo haré yo solo. Muchos han tenido experiencias negativas en proyectos grupales, enseñándonos que el trabajo en equipo significa que nosotros tendremos que llevar el peso de otros. Así que, incluso cuando hay un reconocimiento general de los beneficios del trabajo en equipo, es difícil avanzar a un desarrollo práctico de esa idea. Sigue siendo más divertido observar a un Neymar o un Messi que ver un equipo con excelente trabajo en equipo sin jugadores famosos. Jefes ejecutivos, jugadores, y políticos famosos capturan nuestra atención. Asimismo, no es una iglesia efectiva de 75 miembros y un grupo de liderazgo sano en Pennsylvania la que sirve de ejemplo a emular, sino aquellos líderes que parecen estar por encima de la multitud, como Mark Driscoll, Andy Stanley, John MacArthur, y Rick Warren (dependiendo de tus persuasiones teológicas). Sin embargo, la Biblia muestra que es más óptimo trabajar en equipos. Solo porque los nombres grandes y populares parecen tener y hacerlo todo, no significa que ese sea el mejor camino hacia adelante.
El trabajo en equipo en el Antiguo Testamento
Observemos al heroico Moisés, soportando la carga de los Israelitas saliendo de Egipto. Incluso con ayuda divina, Moisés no podía mantenerse al tanto de las demandas de liderazgo solo. Siguió siendo el líder, pero tuvo que distribuir las labores. Se hizo parte de un equipo.
El suegro de Moisés le dijo: «No está bien lo que haces. Con seguridad desfallecerás tú, y también este pueblo que está contigo, porque el trabajo es demasiado pesado para ti. No puedes hacerlo tú solo. Ahora, escúchame. Yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Sé tú el representante del pueblo delante de Dios, y somete los asuntos a Dios. Entonces enséñales los estatutos y las leyes, y hazles saber el camino en que deben andar y la obra que han de realizar. Además, escogerás de entre todo el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres veraces que aborrezcan las ganancias deshonestas, y los pondrás sobre el pueblo como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. Que sean ellos los que juzguen al pueblo en todo tiempo. Que traigan a ti todo pleito grave, pero que ellos juzguen todo pleito sencillo. Así será más fácil para ti, y ellos llevarán la carga contigo. Si haces esto y Dios te lo manda, tú podrás resistir y todo este pueblo por su parte irá en paz a su lugar». Moisés escuchó a su suegro, e hizo todo lo que él había dicho. Y escogió Moisés hombres capaces de entre todo Israel, y los puso por cabezas del pueblo, como jefes de mil, de cien, de cincuenta y de diez. Ellos juzgaban al pueblo en todo tiempo. El pleito difícil lo traían a Moisés, pero todo pleito sencillo lo juzgaban ellos. Moisés despidió a su suegro, y este se fue a su tierra. (Éxodo 18:17-27)
Ese trabajo en equipo no solo fue el consejo sabio del suegro de Moisés. Dios mismo además instruye trabajar en equipo.
Entonces el Señor dijo a Moisés: «Reúneme a setenta hombres de los ancianos de Israel, a quienes tú conozcas como los ancianos del pueblo y a sus oficiales, y tráelos a la tienda de reunión y que permanezcan allí contigo. Entonces descenderé y hablaré contigo allí, y tomaré del Espíritu que está sobre ti y lo pondré sobre ellos, y llevarán contigo la carga del pueblo para que no la lleves tú solo. (Números 11:16-17)
Moisés estaba agotado. Este sentimiento lo han tenidos muchos líderes de iglesia hoy. ¿Hay algo que se pueda hacer? Hay muchas ideas circulando para confrontar la crisis sentida por muchos pastores. ¡Y sí es una crisis! Está llevando a muchos pastores a la depresión y autolesión.
Bueno, Dios ayudó a Moisés a través de su depresión y su agotamiento, mediante una pluralidad de liderazgo. Compartió la carga y alivianó el peso del liderazgo al distribuirlo entre otros líderes capaces y dotados en el grupo. Estar espiritualmente solo deja al pastor vulnerable. No tiene a nadie con quién puede confesar sus dudas o pecados. Si se los confiesa a un superior, podría perder su posición. Si se lo confiesa a la congregación, podría perder el respeto que le tienen, y con eso, su habilidad de liderar efectivamente. El pastor que no es parte de un equipo funcional tiene el peso entero de las necesidades espirituales de la iglesia (en muchos casos, también las necesidades físicas). El pastor solo no puede hacer lo que se lauda en un pasaje que probablemente lee en bodas, Eclesiastés 4:9-12: Más valen dos que uno solo, Pues tienen mejor pago por su trabajo. Porque si uno de ellos cae, el otro levantará a su compañero; Pero ¡ay del que cae cuando no hay otro que lo levante! Además, si dos se acuestan juntos se mantienen calientes, Pero uno solo ¿cómo se calentará? Y si alguien puede prevalecer contra el que está solo, Dos lo resistirán. Un cordel de tres hilos no se rompe fácilmente. El texto no se trata principalmente del matrimonio. Se trata del compañerismo y la amistad.
Para evitar el agotamiento, necesitamos un equipo, no un lobo solitario. Para tener rendición de cuentas, necesitamos un equipo. Para tener la mayor efectividad, necesitamos un equipo que puede ir proveyendo retroalimentación en tiempo real. Sin consulta, los planes se frustran, Pero con muchos consejeros, triunfan (Proverbios 15:22). Nos enamoramos de nuestros planes e ideas. Para ser efectivos, necesitamos voces externas.
Trabajo en equipo en el Nuevo Testamento
Jesús estaba muy consciente de la manera en la que fuimos hechos y diseñados. No llamó a un solo discípulo héroe, un Superman que puede hacer todo él solo. Llamó a doce. Como la Compañía del Anillo en la trilogía famosa de Tolkein, o las películas de los Vengadores de la franquicia Marvel, los seguidores de Jesús debían trabajar en equipos. Estás consciente de los doce discípulos. Estás consciente del círculo interno de Pedro, Santiago y Juan (como en la transfiguración en Mateo 17:1). Cuando enviaba a Sus seguidores, comúnmente lo hacía por pares. Lee Marcos 6:7 y Lucas 10:1 para ver cuando los doce fueron enviados de dos en dos, y luego los 70 seguidores también fueron enviados de dos en dos. Avancemos a la Última Cena, y Jesús envía a Pedro y Juan para hacer preparaciones (Lucas 22:8). En el camino a Emaús en Lucas 24:13, seguimos encontrando a los discípulos viajando en pares. No van solos; esa no fue la práctica de Jesús.
En Hechos encontramos la misma tendencia. Pedro y Juan están juntos en el templo en Hechos 3. La iglesia nombra a siete para administrar la alimentación de las viudas en Hechos 6. Los viajes misioneros de Pablo son grupos con personas como Bernabé, Timoteo, Tito, Silas y Lucas.
La idea de pluralidad en realidad no debería de sorprendernos, teológicamente. La iglesia, tanto local como universal, es el cuerpo de Cristo (Efesios 4:15-16). Cada miembro tiene dones y servicios para la edificación mutua (1 Corintios 12:12-14, 25). El cristianismo no se supone que debe ser una filosofía individualista de la vida. El cristianismo se supone que debe ser vivido en comunidad activa. El término “iglesia” en griego es ekklesia, y se refiere a una asamblea, un grupo llamado para congregarse juntos. Jesús exigía que sus seguidores fueran una iglesia. Pues, en Mateo 16:18, Jesús dijo que construirá su iglesia. No es el único lugar en el que usa la palabra para “iglesia”. En Mateo 18:17, Jesús da instrucciones para la manera en la que iglesias locales deberían manejar el conflicto. Jesús asume la presencia de iglesias locales que se reunirían regularmente. En otros lugares, Jesús habla de su rebaño (Juan 10:16). La idea es la misma. Jesús no formó una religión individualista.
En contra del individualismo extremo
Aún así, líderes de la iglesia tienden a caer en el individualismo. El resto de la iglesia es el cuerpo, pero el líder está anormalmente separado del cuerpo. Queda extrañamente solo. Él es el pedazo de carbón lejos de las brasas, lentamente enfriándose y gastándose. En vez de engancharse de los muchos ejemplos de pluralidad y trabajo en equipo (solo hemos visto algunos ejemplos prominentes, queda mucho por conversar del tema), el líder de la iglesia muchas veces se enganchará de personas en persona de liderazgo solo en la Biblia. Sin embargo, muchos de los ejemplos que utilizan para justificar liderazgo solo ¡en realidad son roles que son, por diseño, apuntando hacia adelante al único Cristo! Moisés trabajó con un equipo, pero permaneció por encima de los demás, un líder solo del publo. Moisés, por supuesto, debía prefigurar el liderazgo de Cristo (1 Corintios 10:1-6 y Hebreos 3:1-6). Los reyes del Antiguo Testamento fueron una concesión por parte de Dios cuando el pueblo rechazó Su liderazgo. La primera opción de Dios no fue un estilo monárquico de liderazgo para su pueblo (1 Samuel 8:5-9). Ahora, por supuesto, varios reyes hicieron un trabajo extraordinario dentro de ese rol menos ideal. David fue un rey ejemplar. Él, en tanto que fue un buen rey que seguía a Dios, también fue usado para prefigurar a Cristo (Hechos 13:22). De la misma manera, el rol del Sumo Sacerdote fue usado para prefigurar a Cristo (Hebreos 8:1-2). Sí, han existido roles de liderazgo solo. También es verdad que a veces uno debe mantener todo en marcha, incluso si nadie más lo acompaña. Sadrác, Mesác y Abednego fueron arrojados al fuego juntos. Daniel, por otra parte, parece haber estado solo en el foso de los leones. Como Daniel, Pablo tuvo que continuar cuando nadie más estaba dispuesto. Dice, “En mi primera defensa nadie estuvo a mi lado, sino que todos me abandonaron; que no se les tenga en cuenta. Pero el Señor estuvo conmigo y me fortaleció, a fin de que por mí se cumpliera cabalmente la proclamación del mensaje y que todos los gentiles oyeran. Y fui librado de la boca del león.” (2 Timoteo 4:16-17)
Por supuesto, las excepciones no prueban una nueva regla. El hecho que un policía no de una multa a un conductor apurándose al hospital con su esposa en trabajo de parto no quiere decir que ya no existen los límites de velocidad, o que ya no se darán multas. El líder de la iglesia no es paralelo a Cristo. El líder solo puede hacer un trabajo noble dentro de su rol, pero esto no justifica desviación continua del diseño de Dios. Si el diseño de Dios es pluralidad en liderazgo, debemos estar abiertos a ello. No, tal vez eso es demasiado débil. No debemos llegar al punto en el cual estamos “abiertos” al diseño de Dios para nuestro matrimonio o para el plan de salvación. ¿Por qué, entonces, nos conformaos con estar “abiertos” al diseño de Dios para el liderazgo de la iglesia? Si encontramos que la Biblia ofrece un patrón a seguir, debemos desear seguirlo.
Conclusiones sobre trabajar juntos
¿Es la Biblia silenciosa sobre la pluralidad de liderazgo? De lo que hemos visto, ¡enfáticamente no! Dios nos diseñó para trabajar con otros. El plan óptimo es que no estemos solos. Si la comunidad es lo suficientemente bueno para el Dios Triuno, también lo es para mi. Sin condenar a aquellos quienes hacen su labor para el Señor de manera admirable sin equipo ni apoyo, aún así podemos aspirar a conformarnos más con el plan de Cristo, según lo revela Su Palabra. Aunque no podamos reparar el problema de inmediato, podemos admitir el problema y buscar su solución.
Ahora, al juntar estas comunidades, y al ponerlas en orden, los Apóstoles tenían, en vida y en muerte, y por sus escrituras tienen, el derecho único de legislar, ordenar y disponer de todas las cosas. Pero no es la voluntad de Jesucristo, porque no está adaptada a la naturaleza humana, ni al estado presente de su reino según se administra en su ausencia, que la iglesia ha de ser gobernada por un solo documento. Por lo tanto, en toda ciudad, pueblo y país donde los Apóstoles juntaron una comunidad mediante sus labores personales, o mediante sus asistentes, al ponerlos en orden, para su edificación, y para su utilidad e influencia en este mundo, ellos uniformemente apuntaron a ancianos, o supervisores para trabajar en la palabra y enseñanza, y de presidir sobre los asuntos de la comunidad. A éstos también se les fue agregado diáconos, o ministros públicos de la congregación quienes, bajo la dirección de los supervisores, habían de manejar todos los asuntos de estas familias de Dios individuales.
Alexander Campell, The Christian System (El Sistema Cristiano)

Un comentario sobre “Pastores: ¿a solas o en equipo? El liderazgo que Dios quiere para ti.”