Abajo comparto un extracto de un libro escrito por J.P. Moreland, Love Your God With All Your Mind. (Amarás Tu Dios Con Toda Tu Mente). El tema principal del libro es la formación teológica, filosofica, e intelectual del cristiano. En el extracto abajo comparte sobre la gobernación de la iglesia local según el Nuevo Testamento. El libro original está en inglés. La traducción ha sido hecha por un sitio web.
Filosofía de Ministerio
1. Sin pastores principales.
Cualquier iglesia local o creyente individual debería tener una filosofía de ministerio, es decir, una visión sobre el propósito, objetivos, estructuras y métodos de ministerio que deberían caracterizar un ministerio de iglesia local. En mi opinión, cualquier filosofía de ministerio de iglesia local debería ser clara acerca de tres ideas cruciales. En primer lugar, la iglesia local en el Nuevo Testamento tenía una pluralidad de ancianos (Hechos 14:23; 20:28; Filipenses 1:1; Hebreos 13:17). El Nuevo Testamento no conoce nada acerca de un pastor principal. En mi opinión, la aparición del pastor principal en la iglesia local es uno de los factores que más ha socavado el desarrollo de iglesias saludables. Piénsalo. Cada vez más personas ingresan al pastorado para satisfacer sus propias necesidades de importancia, y las congregaciones están cada vez más llenas de seres vacíos, como vimos en el capítulo 4. Dadas estas circunstancias, el modelo de pastor principal realmente produce una codependencia que a menudo alimenta los egos de los pastores principales al tiempo que permite que los feligreses permanezcan pasivos. Ninguno de estos efectos es intencional, pero siguen siendo reales. El modelo de pastor principal tiende a crear una situación en la que identificamos la iglesia como «la iglesia del Pastor Smith» y los feligreses vienen a apoyar su ministerio. Si un visitante pregunta dónde está el ministro, en lugar de señalar a toda la congregación (como indicaría el Nuevo Testamento, ya que todos somos ministros del Nuevo Pacto), realmente señalamos al Pastor Smith. Por otro lado, el pobre Pastor Smith se aísla cada vez más de las personas y la responsabilidad entre pares, y eventualmente, se seca espiritualmente si no tiene cuidado. La iglesia local debe ser dirigida y enseñada por una pluralidad de voces llamadas ancianos, y estas voces deben ser iguales. Si los llamados ancianos laicos (¡no me gusta la palabra laico!) no tienen la formación teológica que poseen aquellos que son pagados para estar en el ministerio de iglesia local «a tiempo completo», entonces la iglesia necesita desarrollar un plan a largo plazo para brindarles esa formación en la iglesia misma o en otro lugar. Ninguna persona tiene suficientes dones, perspectiva y madurez para tomarse la oportunidad de dar forma desproporcionadamente a la personalidad y textura de una iglesia local. Si Cristo es realmente la cabeza de la iglesia, nuestras estructuras de iglesia deben reflejar ese hecho, y un grupo de subpastores [pastores-ancianos], no un pastor principal, debería buscar colectivamente Su guía para liderar la congregación.
2. Lo que el personal pastoral y los ancianos deberían estar haciendo.
En segundo lugar, Efesios 4:11-16 podría ser la sección más crítica en todo el Nuevo Testamento para informar la naturaleza del liderazgo de la iglesia local. En ese pasaje, el apóstol Pablo nos dice que Dios ha dado a la iglesia evangelistas y pastores-maestros (entre otras personas) que tienen una función muy específica en el cuerpo. Su descripción de trabajo es capacitar a otros para el ministerio, no hacer el ministerio ellos mismos y hacer que otros vengan y los apoyen pasivamente. Por ejemplo, la prueba del don de evangelismo no es qué tan efectivo eres para ganar a otros para Cristo, sino más bien, tu historial de capacitar a otros para evangelizar. El modelo de pastor principal tiende a centralizar el ministerio alrededor del edificio de la iglesia y el propio pastor. Donde él está, es donde está la acción. Llevamos a las personas a él para evangelizar, aconsejar, etc. En esta visión, hay poca necesidad de equipar realmente a los feligreses para desarrollar sus propios dones, talentos y ministerios porque su trabajo es apoyar al ministro. Pero según Efesios 4, esta tradición lo tiene al revés. El ministerio del Nuevo Testamento está descentralizado, y la función de los pastores-maestros es capacitar a otros para hacer el ministerio. Si fuéramos más serios acerca de este enfoque, haríamos un mejor trabajo al proporcionar capacitación teológica, bíblica, filosófica, psicológica y otras formas de capacitación en nuestras iglesias porque sin ella, los ministros (es decir, los miembros de la iglesia) no estarían adecuadamente equipados para hacer el ministerio.
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Antes de ofrecer varias sugerencias para renovar la iglesia local que, de una manera u otra, expresan estos tres componentes centrales de la filosofía de ministerio, quiero resumir más precisamente lo que estoy afirmando. La iglesia local debería ser dirigida por una pluralidad de ancianos cuyo trabajo principal es desarrollar los ministerios de otros. Deben asegurarse de que los miembros del cuerpo descubran sus dones espirituales y talentos naturales y reciban la formación y equipamiento necesarios para ser buenos en sus ministerios individual y colectivamente. Los ancianos son libres de hacer lo que sea necesario para dar forma a las formas en la iglesia para tener éxito en equipar a los santos para cumplir funciones bíblicas para la iglesia. Si esto es correcto, entonces la iglesia debe verse a sí misma como una institución educativa, y el desarrollo de la mente cristiana estará a la vanguardia de la estrategia de ministerio de la iglesia para equipar a los santos.
J.P. Moreland
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2 comentarios sobre “Sobre pluralidad de ancianos – la observación de J.P. Moreland”