Ni la teología del reemplazo ni el dispensacionalismo son idea bíblicas
Quiero dirigirme un poco a un tema delicado en la historia de la iglesia, que es el estatus de Israel y los judíos según el Nuevo Testamento. El tema es delicado porque un gran segmento del cristianismo, justificándose por una idea generalmente llamada “teología del reemplazo”, se ha convertido en antisemita. Concluyen que los judíos fueron los responsables por la muerte del Mesías y que fueron rechazados por Dios. Con su razonamiento, se ha justificado atrocidades y persecución general de los judíos. Luego llegando al siglo diecinueve, se inventó una nueva idea llamada dispensacionalismo. Esta idea propuso que los judíos siguen siendo el pueblo de Dios y que Dios volverá a tratar con ellos en forma especial en el Milenio. Bajo esta perspectiva, Israel retiene su derecho a la tierra y un estado privilegiado como pueblo de Dios. La Iglesia de Cristo pasa a ser un paréntesis en la historia, el medio tiempo en el reloj profético. En mi estimación, ninguna de estas perspectivas está alineada con la Biblia.
Redefinición de Israel
No sé si mi idea tiene un nombre oficial, pero aquí lo llamaré una teología de redefinición. Estoy pensando, en gran parte, en cómo el Nuevo Testamento define el pueblo de Dios, Israel, y el verdadero judío. Veamos lo que plantea la Palabra de Dios.
¿Cuál es el pueblo de Dios? Sin duda, en el Antiguo Testamento el pueblo de Dios es Israel. Dios había escogido a Abraham, luego a Isaac, y finalmente a Jacob (Dios le colocó el nombre Israel). Ahí viene el linaje que recibió la promesa que Dios había hecho a Abraham, que en él todas las naciones serían bendecidas (Gál 3:8). Este proto-evangelio, una sombra de la realidad de Cristo, apuntaba a un momento en que, a través del linaje de Abraham, una bendición se extendería más allá que una etnicidad que proviene de Abraham. La casa de Israel, el pueblo de Dios, los descendientes de Jacob tuvieron un conjunto de bendiciones para poder lograr la misión importante que Dios tenía programada. Ahora, la pregunta es si esto cambió. La respuesta es que sí. El pueblo de Dios ha sido redefinido.
¿Quién es el Pueblo de Dios?
En la época cristiana, Pablo dice: Como también dice en Oseas: «A LOS QUE NO ERAN MI PUEBLO, LLAMARÉ: “PUEBLO MÍO”, Y A LA QUE NO ERA AMADA: “AMADA mía”. Y SUCEDERÁ QUE EN EL LUGAR DONDE SE LES DIJO: “USTEDES NO SON MI PUEBLO”, ALLÍ SERÁN LLAMADOS HIJOS DEL DIOS VIVIENTE». Isaías también exclama en cuanto a Israel: «AUNQUE EL NÚMERO DE LOS HIJOS DE ISRAEL SEA COMO LA ARENA DEL MAR, solo EL REMANENTE SERÁ SALVO; PORQUE EL SEÑOR EJECUTARÁ SU PALABRA SOBRE LA TIERRA CABALMENTE Y CON BREVEDAD». (Rom 9:25-28) Pablo, guiado por el Espíritu Santo, se da cuenta de profecías en el Antiguo Testamento que preveían un tiempo en que el pueblo de Dios sería redefinido. Gente que antes no eran “Su pueblo” ahora son “pueblo Mío”. Estas profecías también veían que en el tiempo en que el pueblo de Dios incluiría gente de otras naciones, también se restringiría cuales israelitas son salvos, realmente siendo el pueblo de Dios. Este grupo reducido de israelitas salvos se llama aquí “el remanente”, un grupo pequeño dentro del pueblo que es fiel a Dios.
No es solamente Pablo que ve esta realidad en Cristo. Pedro, escribiendo a cristianos esparcidos por Asia Menor, dice: Ustedes en otro tiempo no eran pueblo, pero ahora son el pueblo de Dios; no habían recibido misericordia, pero ahora han recibido misericordia. (1 Ped 2:10) El pueblo de Dios en el Nuevo Testamento no se basa en raza, etnicidad, ni menos, una nación moderna, sino en la relación en Cristo Jesús. De forma semejante, el medio-hermano sanguino de Jesús, Santiago (Jacobo) reconoce la inclusión de gentiles cristianos en el pueblo de Dios. Mencionando el relato de Pedro de la conversión de Cornelio al cristianismo dice: Simón ha relatado cómo Dios al principio tuvo a bien tomar de entre los gentiles un pueblo para Su nombre. Y con esto concuerdan las palabras de los profetas, tal como está escrito: “DESPUÉS DE ESTO VOLVERÉ, Y REEDIFICARÉ EL TABERNÁCULO DE DAVID QUE HA CAÍDO. Y REEDIFICARÉ SUS RUINAS, Y LO LEVANTARÉ DE NUEVO, PARA QUE EL RESTO DE LOS HOMBRES BUSQUE AL SEÑOR, Y TODOS LOS GENTILES QUE SON LLAMADOS POR MI NOMBRE”, DICE EL SEÑOR, QUE HACE SABER TODO ESTO DESDE TIEMPOS ANTIGUOS. (Hch 15:14-18) Santiago ve en Amos una profecía de este tiempo en que habría un pueblo de Dios compuesta por gentiles que llevan Su nombre (esto probablemente sería el nombre “cristiano” que había sido usado desde Hechos 11).
¿Cuantos pueblos de Dios hay?
Si los gentiles cristianos son el pueblo de Dios y los judíos que son parte del remanente son el pueblo de Dios, ¿Cuántos pueblos de Dios hay? Pablo contesta con claridad: Porque Él mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, (Efe 2:14) La enseñanza paulina (de Pablo) en Romanos 11 sobre el olivo revela la mima idea. Hay un solo pueblo de Dios, ahora redefinido. La definición nueva del pueblo de Dios es que es el conjunto de gentiles cristianos y judíos que son parte del remanente conectados a la misma Raíz – Jesucristo (Rom. 11:16; Apoc. 5:5 y 22:16).
Ahora hay que ver quien es un judío del remanente. Otra vez, el Nuevo Testamento es muy clara. Pablo había aclarado que “no todos los descendientes de Israel son Israel” (Rom. 9:6b). La cosa que vale no es etnicidad ni linaje, sino algo interior. Porque no es judío el que lo es exteriormente, ni la circuncisión es la externa, en la carne. Pues es judío el que lo es interiormente, y la circuncisión es la del corazón, por el Espíritu, no por la letra; la alabanza del cual no procede de los hombres, sino de Dios. (Rom 2:28-29) Y, en otro lugar Pablo dice: Por tanto, sepan que los que son de fe, estos son hijos de Abraham. (Gál 3:7). Sí, es el judío creyente en Jesucristo quien es hijo de Abraham, parte del pueblo de Dios. El pueblo ha sido radicalmente redefinido. Ahora, el pueblo consiste de todos los que están en Cristo – tanto judíos como gentiles. De hecho, esta distinción ya no tiene ninguna validez. Cuando fuimos bautizados fuimos revestidos de Aquel que cumplió la promesa dada a Abraham. Antes de venir la fe, estábamos encerrados bajo la ley, confinados para la fe que había de ser revelada. De manera que la ley ha venido a ser nuestro guía para conducirnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe. Pero ahora que ha venido la fe, ya no estamos bajo el guía. Pues todos ustedes son hijos de Dios mediante la fe en Cristo Jesús. Porque todos los que fueron bautizados en Cristo, de Cristo se han revestido. (Gál 3:23-27) Pablo puede decir: No hay judío ni griego (Gál 3:28a; también 1 Cor. 12:13 y Col. 3:11).
Los judíos son amados
Dios no ha rechazado a judíos. Sigue amando a los judíos y deseando su salvación (Rom. 11:1, 28). Pablo intensamente quería ver la salvación de los judíos (Rom. 9:1-3; Hch. 13:26). Dudo que él quiso ver la salvación de ellos más que Dios mismo quiere ver la salvación de los judíos. Dios, sin embargo, no hace acepción de personas (Hch. 10:34; 15:8-9; Rom. 2:11; Gál 2:6; Efe. 6:9; Col 3:25). Los judíos no tienen ni ventaja ni desventaja con Dios.
Así, cuando Pablo llega a la conclusión de su discurso en Romanos 9-11 donde defiende el actuar de Dios frente la inclusión masiva de gentiles y la relativa escasez de judíos en la fe en Jesús, dice “Porque no quiero, hermanos, que ignoren este misterio, para que no sean sabios en su propia opinión: que a Israel le ha acontecido un endurecimiento parcial hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles. Así, todo Israel será salvo, tal como está escrito: «EL LIBERTADOR VENDRÁ DE SIÓN; APARTARÁ LA IMPIEDAD DE JACOB. Y ESTE ES MI PACTO CON ELLOS, CUANDO YO QUITE SUS PECADOS».” (Rom. 11:25-27). Cuando dice que todo Israel será salvo, ¿Qué quiere decir? Primero, no es un reemplazo donde todos los judíos son excluidos o reprobados. Segundo, no habla de la etnicidad, ni territorio, ni la nación. Israel, el pueblo de Dios, en este contexto, es el conjunto de creyentes en Cristo (judíos y gentiles sin distinción). No habla de un avivamiento judío en los últimos tiempos. No habla solamente de la ultima generación antes de la venida de Cristo. Habla, más bien, de TODO ISRAEL – judíos del remanente antes de Cristo, y judíos y gentiles que creen en Jesús. Israel ha sido completamente redefinido. El pueblo de Dios es el pueblo de fe, son los que han sido unidos a Cristo – el simiente de Abraham que heredó la promesa, Él que hizo un nuevo pacto en Su sangre.
Unidad en Cristo
Hay un solo pueblo de Dios. El Israel de Dios ahora incluye judíos y gentiles. Hay un solo plan de salvación para todos. Hay una sola esperanza para todos. Hay una misión para todos – hacer discípulos de TODAS LAS NACIONES. Dios quiere salvar a todos y no muestra favoritismo. Los que pasan mucho tiempo enfocados en Israel deben reenfocarse en la misión que Dios nos ha encomendado. Los que han caído en el antisemitismo deben arrepentirse y buscar cumplir con la misión que el Señor nos dio. Ni reemplazo ni dispensacionalismo, sino redefinición en Cristo, Dios encarnado, nuestro Señor y Rey. Nuestro Salvador.

Hermano Mike, un excelente comentario, muchas gracias, que Dios te bendiga
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