Poder y esperanza provienen de la resurrección de Cristo para los que participan en Su muerte.
«Porque en El vivimos, nos movemos y existimos, así como algunos de los poetas de ustedes han dicho: ‘Porque también nosotros somos linaje Suyo.’ «Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la Naturaleza Divina sea semejante a oro, plata o piedra, esculpidos por el arte y el pensamiento humano. «Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignorancia, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientan. «Porque El ha establecido un día en el cual juzgará al mundo en justicia, por medio de un Hombre a quien El ha designado, habiendo presentado pruebas a todos los hombres cuando Lo resucitó de entre los muertos.» Cuando oyeron de la resurrección de los muertos, algunos se burlaban, pero otros dijeron: «Le escucharemos otra vez acerca de esto.» Entonces Pablo salió de entre ellos. (Hch 17:28-33)
Llegamos hoy a una de las partes más difíciles de creer y a la vez una de las cosas centrales de nuestra fe. ¿Escucharon la reacción cuando Pablo mencionó la resurrección? No es tan increíble su reacción. Puedo imaginar teniendo la misma reacción si alguien llegara hoy para anunciar que un conocido se resucito después de tres días muerto. La muerte es algo constante. Cuando alguien muere, médicos tienen solo unos minutos para resucitarle. No pueden esperar un par de horas, mucho menos unos días. Basado en la experiencia, incluso con mucha tecnología medica, la resurrección en el tercer día es imposible. Incluso, parece un poco ridículo. Por eso, la gran mayoría en Atenas, donde Pablo estaba predicando en el pasaje anterior, rechazaron el mensaje de Cristo. Escucharon cuando Pablo predicó otro Dios, cuando habló contra ídolos y templos, cuando exigió arrepentimiento, explicó de un juicio por venir… pero cuando habló de todo eso dependiendo en un hombre resucitado de entre los muertos… “Jaja. Claro, Pablo. Te escuchamos otro día.”
“Contra todo pronostico” nuestra misión es morir con Cristo para vivir en el poder de Su resurrección. La fuerza que buscamos, la esperanza en que toda nuestra fe está puesta, se encuentra en el poder de la resurrección.
Ahora bien, si se predica que Cristo ha resucitado de entre los muertos, ¿cómo dicen algunos entre ustedes que no hay resurrección de muertos? Y si no hay resurrección de muertos, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, vana es entonces nuestra predicación, y vana también la fe de ustedes. Aún más, somos hallados testigos falsos de Dios, porque hemos testificado contra Dios que El resucitó a Cristo, a quien no resucitó, si en verdad los muertos no resucitan. Porque si los muertos no resucitan, entonces ni siquiera Cristo ha resucitado; y si Cristo no ha resucitado, la fe de ustedes es falsa; todavía están en sus pecados. Entonces también los que han dormido en Cristo están perdidos. Si hemos esperado en Cristo para esta vida solamente, somos, de todos los hombres, los más dignos de lástima. (1Co 15:12-19)
La importancia del asunto no podemos negar. Ahora bien, nuestro pasaje para hoy.
Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por El lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo, y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la Ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, y conocerlo a El, el poder de Su resurrección y la participación en Sus padecimientos, llegando a ser como El en Su muerte, a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos. (Fil 3:8-11)
Básicamente, Pablo parece decir [muerte con Cristo + poder de la resurrección = llegar a resurrección]. La fuerza que impulsa a Pablo es el poder de la resurrección y la esperanza de llegar a una resurrección futura (de la cual la resurrección de Cristo sirve como garantía).
La esperanza nos puede motivar en una manera impresionante. Vemos obstáculos en nuestro camino. Si tenemos la esperanza de poder superarlos, empezamos a trabajar. Si ya nos hemos dado por vencido, si hemos cedido nuestra esperanza, ni siquiera intentamos mover. A mi me gusta ver programas de sobrevivencia en Discovery, como “A Prueba de Todo.” Una cosa que he notado mucho es el énfasis que ponen en la actitud de uno, casi ponen más énfasis en eso que en estado físico, circunstancias, y conocimiento. Cuando uno mantiene, en una situación de estar perdido, la esperanza que alguien te va a buscar y encontrar uno desarrolla planes y actúa para hacerlo posible. La desmotivación que proviene de una falta de esperanza puede ser letal. En la vida espiritual vemos eso también. A veces cedemos la esperanza de poder vencer un pecado, efectuar crecimiento, poder entender un concepto doctrinal, evangelizar a un amigo, etc, etc. Y, por lo tanto, ni siquiera intentamos. Esta es la importancia de esperanza en el poder de Dios en nosotros. Si creemos las promesas bíblicas de que Jesús está con nosotros cuando estamos haciendo discípulos, nos debe dar la esperanza de intentar. La esperanza que tenemos está basada sobre el poder de Dios, y nos da poder para continuar, para obrar, para vivir por Él. Es que tenemos esperanza en una resurrección futura. La resurrección de Cristo que celebramos hoy, en el Día de la Resurrección sirve como garantía de lo que va a ocurrir para nosotros. Pablo pone toda su esperanza futura en esto. Pone eso como algo central en la fe. ¿Por qué tan central? Porque sin esto, si nuestra esperanza fuera exclusivamente para esta vida, sería en vano. Sería conveniente abandonar la fe en una persecución o tribulación. Sería conveniente aceptar pecado para avanzar en el trabajo o salvar a una relación. La esperanza futura es lo que nos impulsa a seguir en medio de aflicción, sufrimiento, tribulación, y persecución. Es lo que nos dice “vale la pena” seguir en la santidad, incluso perdiendo el trabajo por hacerlo. Existe una recompensa futura, una vindicación, una meta, una esperanza. Tampoco es esperanza como se usa la palabra fuera del cristianismo. Escucha lo que dice la Real Academia Española – Esperanza: f. Estado del ánimo en el cual se nos presenta como posible lo que deseamos. En la doctrina cristiana, virtud teologal por la que se espera que Dios dé los bienes que ha prometido. Para nosotros, esta esperanza no se trata de nosotros y de nuestro ánimo sino de la fidelidad y el poder de Dios para cumplir con Sus promesas. En el final, una falta de esperanza es una falta de fe en el carácter de Dios, o en Su poder o en Su fidelidad. Si fuera falsa nuestra esperanza, dice Pablo, seríamos dignos de lástima – más que cualquier otro. ¿Por qué? Porque soportamos hambre, sed, intimidación, cansancio, violencia, discriminación, insultos, y más para lograr esta esperanza y para compartirla con otros. Pueden leer libros como “Evidencia que Demanda un Veredicto” por Josh McDowell o “El Caso por Cristo” por Lee Stobel si tienen dudas acerca de la veracidad de la resurrección histórica de Cristo que nos da la garantía de la resurrección futura y la esperanza que la acompaña. Van a encontrar que es real. Nuestra esperanza es real. El poder de Dios es real. Podemos poner toda nuestra confianza y esperanza en Él.
PARA PERSONALMENTE TENER LA ESPERANZA
Morir con Cristo para vivir con Cristo, en el poder de la Resurrección. Así es. Morir con Cristo, para ser revivido por el mismo poder que efectuó Su resurrección y vivir una nueva vida en este mismo poder. La esperanza es buena para nosotros si es nuestra. No todos participan en esta esperanza. El cristianismo es a la vez inclusivo y exclusivo. Es exclusivo porque hay solamente un camino para llegar a esta esperanza. Los que no se encuentran en el Camino que es Jesús, no poseen la esperanza. Todos los que no andan por la senda estrecha y angosta, van hacia otro destino. Sin embargo, el cristianismo es inclusivo porque esta senda estrecha y angosta, este Camino que es Jesús, está disponible a todos. Está disponible sin respeto a raza, nacionalidad, defecto, sexo, dinero, inteligencia, fama, poder, etc. Está disponible a todos sin respeto a su pasado. Todo eso quiere decir que para personalmente tener la esperanza, hay que juntarnos al poder de la Resurrección. No es algo que pasa por comprárselo. No es algo que ocurre por accidente tampoco. No es algo que sucede por haber nacido en la familia correcta. Es algo que ocurre solamente por haberse juntado al poder de Cristo. Si el camino es estrecho y angosto, es valido preguntarse ¿estoy en el Camino? ¿Es mía la esperanza de resurrección a vida eterna? ¿Cómo puedo juntarme a este poder? Vamos a leer dos pasajes claves. Rom 6:4-6; Col 2:12-14. Busquen o anotan estos dos pasajes. Saber como entrar al Camino es clave para los que no lo han hecho, obviamente. También es importante para los que ya se han juntado al poder. De hecho, los dos textos fueron escritos a cristianos para explicar algo. Nos da seguridad, la certeza de saber que sí hemos hecho lo que Dios nos pidió para entrar el Camino, para recibir el poder y la esperanza.
Por tanto, hemos sido sepultados con El por medio del bautismo para muerte, a fin de que como Cristo resucitó de entre los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida. Porque si hemos sido unidos a Cristo en la semejanza de Su muerte, ciertamente lo seremos también en la semejanza de Su resurrección.
(Rom 6:4-5)
habiendo sido sepultados con El en el bautismo, en el cual también han resucitado con El por la fe en la acción del poder de Dios, que Lo resucitó de entre los muertos. Y cuando ustedes estaban muertos en sus delitos y en la incircuncisión de su carne, Dios les dio vida juntamente con Cristo, habiéndonos perdonado todos los delitos, habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz.
(Col 2:12-14)
Qué vemos en estos pasajes:
1) Nos juntamos a la muerte de Cristo en un bautismo, que nos sepulta con Cristo
2) La nueva vida es conectada también con el bautismo cuando subimos del agua
3) La vida nueva incluye el perdón de pecados, los cuales fueron clavados en la cruz
4) El bautismo es hecho efectivo solamente acompañado por la fe en la acción del poder de Dios.
Dice Pablo: todos los que han sido bautizados con fe en Dios para efectuar la salvación, han recibido perdón de pecados y han recibido una nueva vida (una resurrección espiritual) para vivir en el poder de Dios y con la esperanza de una segunda resurrección por venir – una resurrección del cuerpo para vivir eternamente.
El Día de la Resurrección es un día para celebrar y regocijarnos en el poder de Dios en nosotros y la esperanza que tenemos. Es un día para recordar el hecho histórico del Señor de Señores y Rey de Reyes, el Salvador nuestro, resucitado con poder.
