Introducción

Pablo, siervo de Cristo Jesús, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios, que Él ya había prometido por medio de Sus profetas en las Sagradas Escrituras. Es el mensaje acerca de Su Hijo, que nació de la descendencia de David según la carne, y que fue declarado Hijo de Dios con un acto de poder, conforme al Espíritu de santidad, por la resurrección de entre los muertos: nuestro Señor Jesucristo. Es por medio de Él que hemos recibido la gracia y el apostolado para promover la obediencia a la fe entre todos los gentiles, por amor a Su nombre; entre los cuales están también ustedes, llamados de Jesucristo. A todos los amados de Dios que están en Roma, llamados a ser santos: Gracia y paz a ustedes de parte de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. (Rom 1:1-7)

Es costumbre de Pablo comenzar sus cartas con un saludo. En este saludo extendido a una iglesia que Pablo no había visitado personalmente, Pablo destaca un poco acerca de su apostolado. Más allá de su apostolado, destaca acerca de su Señor, Cristo Jesús. Aquí quiero destacar algunas cosas en su saludo.

Primero, Pablo pone el hecho de ser siervo de Jesús antes de ser apóstol. En su raíz, un apóstol es un enviado. Pablo es primeramente un siervo del Señor. Su servicio es llevar el mensaje del evangelio de Cristo a las naciones. Hoy hay muchos apóstoles falsos. El contraste entre la actitud de estos ilegítimos y la de Pablo no podría ser más claro.

Segundo, el evangelio es algo relativamente nuevo. Fue prometido en el Antiguo Testamento, pero entregado en Jesús, sobre todo en su muerte y resurrección. Hay un cambio importante entremedio – un cambio de pacto. Jesús hizo un nuevo pacto en Su sangre. El evangelio es el mensaje del Mesías (Cristo): su identidad y su obra salvífica. No debemos confundir los pactos. Hay una continuidad en que el evangelio fue profetizado en el antiguo pacto. Sin embargo, es realmente algo nuevo y especial.

Tercero, el evangelio de Cristo es para todos. Mientras el pacto con Abraham, expandido en Moisés, se enfocaba en Israel, el nuevo pacto es para los gentiles. Cristo envió a Sus discípulos a hacer discípulos de “todas las naciones” (como en Mateo 28:18-20) y a predicar a toda persona (como en Marcos 16:15-16). El mensaje tenía que llegar hasta los confines de la tierra (Hch 1:8) y la misma promesa para todos (Hch 2:39). El pacto con Abraham y Moisés, el antiguo pacto, tenía un enfoque más específico. Mientras algunos quieren hacer que los pactos fueron prácticamente iguales y que Israel tenía que evangelizar y no lo hizo, no parece ser cierto. Israel tenía que ser una luz en su entorno, y extranjeros podrías llegar y adorar al Señor. Sin embargo, ellos no tenían que salir y evangelizar. Los textos más importantes acerca de alcanzar a todos son profecías del evangelio de Cristo y realidad que hoy gozamos.

Un saludo cordial hoy a todos los que andan en Jesús, en obediencia a la fe. Que encuentren en nuestro Dios (Padre, Hijo, y Espíritu) paz y gozo hoy.

Tesis: Por fe y para fe

Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree, del judío primeramente y también del griego. Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: MAS EL JUSTO POR LA FE VIVIRÁ. (Rom 1:16-17)

Cuando Pablo llega a su tesis para los primeros once capítulos de su epístola a los cristianos en roma, habla de la salvación ofrecida en el evangelio. Hay salvación exclusivamente en el evangelio y es ofrecida a todos. En un sentido se puede hablar de inclusivismo en el evangelio – es decir, hay una oferta genuina a salvación para cualquier persona dispuesta a venir con fe. Nadie se excluye por su sexo, etnia, estado socioeconómico, ni su pasado tampoco. Se puede hablar también de un cierto exclusivismo en el evangelio – es decir, es solo para los que vienen por fe.

Pablo destacará en su carta que el evangelio es la justicia de Dios. Dios es justo, pero quiere salvar al pecador. Dios hizo una obra que le permitiría ser justo y también contar como justo a pecadores. La condición principal que impone para recibir este regalo de justicia es fe. La persona que es contada como justa por causa de su fe, esta vivirá (se salvará).

Pablo cita un versículo importante de Habacuc 2:4. “El justo por la fe vivirá” se puede entender de varias formas. Pablo detallará en capitulo 4 que la forma de ser contado como “justo” (la forma de ser justificado) es por fe. Por eso, creo que es la mejor forma de entender a Romanos 1:17, como en mi alusión en el párrafo anterior. El que es justo porque cree y tiene su fe acreditada a su cuenta como si fuera justicia, este será salvo. 

Por eso, Pablo dirá:

  • porque en verdad Dios es uno, el cual justificará en virtud de la fe a los circuncisos y por medio de la fe a los incircuncisos” (Rom 3:30).
  • pero al que no trabaja, pero cree en Aquel que justifica al impío, su fe se le cuenta por justicia.” (Rom 4:5).
  • habiendo sido justificados por la fe…” (Rom 5:1).
  • “¿Qué diremos entonces? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, alcanzaron justicia, es decir, la justicia que es por fe; pero Israel, que iba tras una ley de justicia, no alcanzó esa ley. ¿Por qué? Porque no iban tras ella por fe, sino como por obras…” (Rom 9:30-32).

La fe, en contraste con las obras, es la forma de ser contado como justo delante de Dios. La obra que Jesús hizo permite a Dios hacer esto sin ser injusto.

La ira de Dios

Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que con injusticia restringen la verdad. (Rom 1:18)

La ira de Dios es un tema bastante controversial en el contexto actual. Todos prefieren pensar en un Dios que consiste solamente de amor. Para llegar a este fin, algunos niegan la existencia de la ira de Dios, diciendo que es solo una metáfora o que es algo que creían antes, pero ahora se entiende mejor que Dios no es un Dios de ira. Otros reconocen la palabra ira y creen que los apóstoles tenían razón, pero dicen que la ira es una subcategoría del amor de Dios. A lo mejor es el amor expresado de otra forma. Quieren minimizar y suavizar este aspecto de Dios. Ciertamente un Dios sin ira parece ser más cómodo. Pero, no podemos determinar la verdad así. Lo mejor que podemos hacer es ver lo que la Biblia realmente dice y pensar en lo que podemos aprender del texto.

Voy a incorporar abajo algo que escribí antes acerca de la ira de Dios. Busqué treinta pasajes que hablan de la ira de Dios. Busqué una variedad: algunos del Antiguo Testamento y otros del Nuevo Testamento (para demostrar que no hay ninguna contradicción), de varios autores (para mostrar que no es algo particular de algún autor bíblico), y referencias directas e indirectas (con o sin la palabra, el concepto se ve). La realidad de la ira de Dios debe ser innegables frente tanta evidencia diversa.

La ira de Dios no debe ser entendida como una descarga emocional descontrolada como sucede con los seres humanos. Cuando andamos enojados aguantamos un rato y luego explotamos desenfrenadamente, lastimando a los de nuestro derredor. Esto está mal. No es lo que tenemos que imaginar en cuanto a nuestro Dios. La ira de Dios es controlada, direccionada, y justificada. Es la expresión apropiada de juicio bajo la perfecta santidad de Dios frente al pecado. Pensamos mejor en la ira de un juez sentenciando a un asesino en serie a su castigo merecido – una ira controlada por el marco de la ley, direccionada a un homicidio, y justificada por la maldad hecha y los requerimientos de la ley. El juez puede (y debe) sentir emociones frente una horrenda infracción. La ira de Dios puede tener un aspecto emocional sin pasar al descontrol.

En Romanos 1:18 hasta la 3:23, Pablo destaca principalmente el problema que la humanidad enfrenta. La ira de Dios viene contra los injustos (Rom 1:18). Después de argumentar que los que no tienen acceso a la Biblia son culpables y que los que tienen acceso a la Biblia también son culpables, llega a su conclusión en Romanos 3:10, “no hay justo, ni aun uno.” Porque, “todos pecaron y no alcanzan la gloria de Dios” (Rom. 3:23). La conclusión entonces es que TODOS están bajo la ira de Dios – justamente. Ningún pecador puede decir que no merece la ira de Dios.

El pasaje en cuestión no habla de cómo ser salvo. Habla del problema. Habla del diagnóstico.   El problema del pecador es que recibirá la santa ira de Dios debido a su pecado. Somos todos iguales en este sentido.

Empezando en Romanos 3, Pablo presenta la solución. Dios provee otra forma de ser justo y así evitar la ira de Dios. Como Pablo dijo en su tesis en Romanos 1:16-17, el que es contado justo por su fe se salvará de la ira de Dios.

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Empezaremos con 10 versículos del Antiguo Testamento que hablan de la ira de Dios, vendrán del Pentateuco, libros históricos, sabiduría y profetas para demostrar que el concepto no es limitado a ciertos géneros y contextos específicos.

  1. Entonces se encendió la ira del SEÑOR contra Moisés, y le dijo: «¿No está allí tu hermano Aarón, el levita? Yo sé que él habla bien. Y además, ahora él sale a recibirte. Al verte, se alegrará en su corazón. (Éxo 4:14)
  2. Hasta en Horeb provocaron a ira al SEÑOR, y el SEÑOR se enojó tanto contra ustedes que estuvo a punto de destruirlos. (Deu 9:8)
  3. Abandonaron al SEÑOR, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y siguieron a otros dioses de entre los dioses de los pueblos que estaban a su derredor; se postraron ante ellos y provocaron a ira al SEÑOR. (Jue 2:12)
  4. Sirvió, pues, a Baal y lo adoró, y provocó a ira al SEÑOR, Dios de Israel, conforme a todo lo que había hecho su padre. (1Re 22:53)
  5. Luego les hablará en Su ira, Y en Su furor los aterrará, diciendo: (Sal 2:5)
  6. Envió sobre ellos el ardor de Su ira, Furia, indignación y angustia, Un ejército de ángeles destructores. Preparó senda para Su ira; No libró sus almas de la muerte, Sino que entregó sus vidas a la plaga, (Sal 78:49-50)
  7. Clemente y compasivo es el SEÑOR, Lento para la ira y grande en misericordia. (Sal 145:8)
  8. Por esta causa se ha encendido la ira del SEÑOR contra Su pueblo, Y ha extendido Su mano contra ellos y los ha herido. Los montes temblaron y sus cadáveres yacen como desecho en medio de las calles. Con todo esto, no se ha agotado Su ira, Y aún está extendida Su mano. (Isa 5:25)
  9. ¿Dónde está ahora tu rey Para que te salve en todas tus ciudades, Y tus jueces de quienes me decías: «Dame rey y príncipes»? En Mi ira te di un rey, Y te lo quité en Mi furor. (Ose 13:10-11)
  10. El SEÑOR es lento para la ira y grande en poder, Y ciertamente el SEÑOR no dejará sin castigo al culpable. En el torbellino y la tempestad está Su camino, Y las nubes son el polvo de Sus pies. (Nah 1:3)

Ahora 10 versículos del Nuevo Testamento para mostrar que el concepto no es exclusivamente del Antiguo Testamento. Aunque la cosmovisión cristiana y el testimonio bíblico afirman que Dios es el mismo ayer, hoy y para siempre (es decir, sus atributos y su carácter no cambian) algunos cristianos erróneamente piensan que el Dios del Nuevo Testamento es muy diferente, actuando por amor en lugar de ira.

  1. Pero cuando vio que muchos de los fariseos y saduceos venían para el bautismo, les dijo: «¡Camada de víboras! ¿Quién les enseñó a huir de la ira que está al venir? (Mat 3:7)
  2. ¡Ay de las que estén encinta y de las que estén criando en aquellos días! Porque habrá una gran calamidad sobre la tierra, e ira para este pueblo. (Luc 21:23)
  3. El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él». (Jua 3:36)
  4. Pero por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido, estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios. (Rom 2:5)
  5. Entonces mucho más, habiendo sido ahora justificados por Su sangre, seremos salvos de la ira de Dios por medio de Él. (Rom 5:9)
  6. Que nadie los engañe con palabras vanas, pues por causa de estas cosas la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia. (Efe 5:6)
  7. Porque los que hemos creído entramos en ese reposo, tal como Él ha dicho: «COMO JURÉ EN MI IRA: “NO ENTRARÁN EN MI REPOSO”», aunque las obras de Él estaban acabadas desde la fundación del mundo. (Heb 4:3)
  8. y decían a los montes y a las peñas: «Caigan sobre nosotros y escóndannos de la presencia de Aquel que está sentado en el trono y de la ira del Cordero. (Apo 6:16)
  9. Entonces los siguió otro ángel, el tercero, diciendo a gran voz: «Si alguien adora a la bestia y a su imagen, y recibe una marca en su frente o en su mano, él también beberá del vino del furor de Dios, que está preparado puro en la copa de Su ira. Será atormentado con fuego y azufre delante de los santos ángeles y en presencia del Cordero. (Apo 14:9-10)
  10. De Su boca sale una espada afilada para herir con ella a las naciones y las regirá con vara de hierro. Él mismo pisa el lagar del vino del furor de la ira de Dios Todopoderoso. (Apo 19:15)

Y estas listas son sin incluir sinónimos e ideas relacionadas, como castigo. Entonces, vamos con otra lista:

  1. El que cree en Él no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. (Jua 3:18)
  2. El que crea y sea bautizado será salvo; pero el que no crea será condenado. (Mar 16:16)
  3. Pues conocemos a Aquel que dijo: «MÍA ES LA VENGANZA, YO PAGARÉ». Y otra vez: «EL SEÑOR JUZGARÁ A SU PUEBLO». ¡Horrenda cosa es caer en las manos del Dios vivo! (Heb 10:30-31)
  4. porque nuestro Dios es fuego consumidor. (Heb 12:29)
  5. Por tanto, así como la cizaña se recoge y se quema en el fuego, de la misma manera será en el fin del mundo. El Hijo del Hombre enviará a Sus ángeles, y recogerán de Su reino a todos los que son piedra de tropiezo y a los que hacen iniquidad; y los echarán en el horno de fuego; allí será el llanto y el crujir de dientes. (Mat 13:40-42)
  6. Porque Dios no perdonó a los ángeles cuando pecaron, sino que los arrojó al infierno y los entregó a fosos de tinieblas, reservados para juicio. Tampoco perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos. También condenó a la destrucción las ciudades de Sodoma y Gomorra, reduciéndolas a cenizas, poniéndolas de ejemplo para los que habrían de vivir impíamente después. (2Pe 2:4-6)
  7. Así también Sodoma y Gomorra y las ciudades circunvecinas, a semejanza de aquellos, puesto que ellas se corrompieron y siguieron carne extraña, son exhibidas como ejemplo al sufrir el castigo del fuego eterno. (Jud 1:7)
  8. Si alguien no permanece en Mí, es echado fuera como un sarmiento y se seca; y los recogen, los echan al fuego y se queman. (Jua 15:6)
  9. ¡Serpientes! ¡Camada de víboras! ¿Cómo escaparán del juicio del infierno? (Mat 23:33)
  10. Pero que Él les dé alivio a ustedes que son afligidos, y también a nosotros, cuando el Señor Jesús sea revelado desde el cielo con Sus poderosos ángeles en llama de fuego, dando castigo a los que no conocen a Dios, y a los que no obedecen al evangelio de nuestro Señor Jesús. Estos sufrirán el castigo de eterna destrucción, excluidos de la presencia del Señor y de la gloria de Su poder, (2Ts 1:7-9)

Un Dios conocible; humanidad responsable

Pero lo que se conoce acerca de Dios es evidente dentro de ellos, pues Dios se lo hizo evidente. Porque desde la creación del mundo, Sus atributos invisibles, Su eterno poder y divinidad, se han visto con toda claridad, siendo entendidos por medio de lo creado, de manera que ellos no tienen excusa. Pues aunque conocían a Dios, no lo honraron como a Dios ni le dieron gracias, sino que se hicieron vanos en sus razonamientos y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se volvieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible por una imagen en forma de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. Porque ellos cambiaron la verdad de Dios por la mentira, y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador, quien es bendito por los siglos. Amén. (Rom 1:19-25)

Dios es el Creador. En la creación que hizo, hay evidencia suficiente para hacer que todos los seres humanos (exceptuando, niños y gente con ciertas discapacidades mentales) sean responsables por seguir ciertos elementos básicos de leyes morales de Dios. Las personas y culturas muchas veces restringen y tapan la verdad, pero ignorancia voluntaria no es ninguna excusa valida. Incluso en una creación corrompida por el pecado, se puede saber de la existencia de Dios y ciertas exigencias morales. El orden moral creado por Dios y expresado por Pablo en Romanos se basa en la verdad de Dios y su obra de creación. El hecho de que hay un Dios con ciertas características (justicia, santidad, bondad, etc.) da un bien objetivo que llega a ser el estándar moral de la humanidad. El hecho de que estos elementos son conocibles en la creación hace que la humanidad sea responsable.

Me gusta dar el ejemplo de un conductor. No me acuerdo donde lo escuché. Cuando el conductor saca licencia de conducir es responsable por conocer y observar las normas de tránsito. Si el conductor decide no leer ni estudiar para prepararse, quedándose en ignorancia, pensando que esta condición le librará de consecuencias legales frente cualquier infracción eventual, está bien equivocado. Tiene una obligación moral y legal de conocer y obedecer las leyes aplicables. Los seres humanos tienen una obligación semejante. El hecho de ser una criatura hecha en imagen y semejanza de Dios establece obligaciones morales. Uno debe conocer y practicar la ley moral. Ignorancia voluntaria no es una buena excusa.

A través de la creación se puede saber que hay un Dios – bueno, justo, poderoso. Él merece adoración y gratitud exclusiva.  Cada vez que uno adore a la creación, a sí mismo, a la fama, al dinero, al placer, o cualquier otra cosa que no sea Dios, peca. Es responsable.

Podemos decir que la base ontológica de la responsabilidad moral ante Dios es Su persona y voluntad. Podemos decir que la base epistemológica de la responsabilidad moral ante Dios es Su revelación. Y, si la creación nos hace responsables, ¡cuánto más la revelación en la Palabra escrita y la encarnación del Hijo!

Nadie es sin excusa. Todos somos responsables. Todos los que hemos pecado tendremos que rendir cuentas. Todos los que hemos pecado seremos hallados culpables y sujetos a la santa ira de Dios. ¡Gracias a Él que hay otro camino! Hay un solo camino para escaparse de esta situación. El evangelio de Cristo es nuestra única salvación.

Inmoralidad sexual

El tema presente es bastante conflictivo en el mundo actual. El contexto moderno pone a la sexualidad como un Dios. El placer sexual y la orientación son cosas completamente dependientes de cada uno según el mundo. Algunos han reinterpretado a la Biblia para permitir lo que ellos quieren permitir. Aquí daré un resumen de lo que dice la Biblia y una pequeña conclusión.

Perspectiva bíblica de la homosexualidad

Primeramente tenemos a Génesis 1:26-27; 2:7-24 donde se aprecia que la intención de Dios desde la creación es la unión permanente de un hombre con una mujer en matrimonio. Aunque en varias circunstancias se han visto culturas que no han respetado este plan, incluso en la Biblia, el plan de Dios queda claro. En Génesis 19:1-16, Dios destruye dos ciudades muy malas, ejemplificada por su deseo de relaciones homosexuales con los visitantes. Algunos han tratado de hacer que este pasaje hable solamente de su intención de violar de los visitantes. Otros pasajes bíblicos notan una variedad de pecados presentes en el caso (Jeremías 23:14; Ezequiel 16:49-50; 2 Pedro 2:7-8; Judas 1:7 — algunos de estos pueden ser eufemismos para no mencionar el pecado en cuestión). Sin embargo, es pura especulación pensar que la inmoralidad sexual no fue lo principal. Otros factores pueden existir, pero eso no cambia el hecho original.  En Levítico 18:22; 20:13 tenemos versículos que vienen en el contexto de listados de pecados sexuales y relaciones homosexuales son incluidos. Relaciones homosexuales, bestialismo, y adulterio son nombrados “abominaciones.” Estos pasajes no condenan orientación ni atracción sino la acción. Romanos 1:18-27 habla de que relaciones homosexuales no solamente van en contra de la Biblia sino la naturaleza de la creación en sí. Estos pecados vienen cuando la gente suprime la verdad y dejan de adorar y honorar al Creador. En el listado de pecados (no solamente homosexualidad), estos también tienen un efecto negativo sobre la sociedad. Luego, tenemos a 1 Corintios 6:9-11; aquí hay dos palabras que hablan de los dos roles en la relación homosexual en esta lista de pecados. La lista deja claro que algunos de los cristianos habían participado en estas cosas antes de llegar a Cristo. Nos dice por lo menos cuatro cosas: 1) que las relaciones homosexuales son pecados (y no solamente la violación, infidelidad y prostitución homosexual, como algunos alegan); 2) los que viven así tienen la posibilidad de salvación tal como cualquier otro, siempre y cuando tienen fe con arrepentimiento; 3) lo más probable es que todavía luchaban contra estas tentaciones y por eso Pablo les recuerda que estas cosas pertenecen a su antiguo estilo de vida, pero no condena su tentación o atracción, solamente la acción; 4) con Cristo existe la posibilidad de victoria sobre la tentación. Finalmente, destaco a 1 Timoteo 1:9-16, otra vez la homosexualidad está en una lista de pecados. El énfasis del pasaje es que Dios puede salvar a cualquier pecador. Incluso Pablo dice que él mismo es el primero entre los pecadores.

Perspectiva cristiana acerca de pecado en general

Sin aprobar el pecado, Dios muestra compasión hacia el pecador. Reflejando a nuestro Dios, debemos tratar a todo ser humano con su valor inherente (ya que es hecho en imagen y semejanza de Dios): nada de violencia, burla, negación de servicios básicos, etc. Como Dios hace, podemos hacer esto sin aprobar el pecado, ni dar la apariencia de aprobar el pecado. De igual forma, podemos aceptar a un avaro, sin aprobar su avaricia. Si quiere venir a Cristo, debe dejar su avaricia con fe y arrepentimiento.  

El seguidor de Cristo tiene como deber llamar al pecador al arrepentimiento. Jesús nunca ignora pecados, sino que dice “no peques más” (Juan 8:10-11). Jesús tiene compasión para el pecador, no muestra odio. Pero, eso impulsa su llamado al arrepentimiento, sabiendo que es para el bien del pecador si lo reconoce o no, que deje su pecado y sigue a Cristo para salvación. Todos son pecadores y necesitan salvación por fe en Jesús con arrepentimiento. Esto es parte del punto de Romanos 1-3 – todos somos pecadores y hay salvación solo por la gracia de Dios (Romanos 3:10-26).

Tenemos que tener cuidado de no usar el pecado de otros para minimizar y relativizar a nuestro propio pecado.

Es válido hacer una distinción entre los que luchan contra una tentación y los que persisten en pecado buscando aprobación de su pecado. Todos los cristianos luchan contra ciertas tentaciones y caen de vez en cuando. El que lucha contra la tentación de la homosexualidad puede padecer esta atracción durante un tiempo largo o toda la vida. Es clave que esté buscando santificación con arrepentimiento en lugar de aceptación, complacencia, tolerancia o conformidad. No debemos aceptar que cristianos aprueben este pecado, como tampoco aceptaríamos un cristiano normalizando adulterio, profesando la bondad de avaricia, o elogiando a cualquier pecado.

Conversando con un mundo secular

Aprobar matrimonio homosexual va no solamente en contra de la ley escrita de Dios, sino contra la naturaleza misma. Uno no tiene que ser cristiano para reconocer cual es el diseño del cuerpo humano en cuanto a las relaciones sexuales y por lo tanto rechazar matrimonio homosexual no es imponer cristianismo, sino mantener la definición natural del matrimonio. Incluso en las culturas que han aceptado la homosexualidad como un estilo de vida válido, no se han cambiado la definición del matrimonio. La sociedad moderna no inventó ni tiene autoridad sobre la institución del matrimonio. Que el matrimonio es la unión entre hombres y mujeres es una verdad que ha sido aceptado y reconocido transculturalmente en toda la historia de la humanidad.  Es peligroso alterar la institución que ha estado en el núcleo de toda sociedad y cultura, y es fundamental para la civilización y para el desarrollo de futuras generaciones.

La sociedad y cultura reconocen que hay relaciones amorosas y voluntarias que no deben ser consideradas ni aceptables ni “matrimonio”: relaciones con menores de edad e incesto son buenos ejemplos. Estas relaciones obviamente no son buenas para la humanidad (también son cosas condenadas en la Biblia, aunque su historia recuenta instancias de estas). Que el matrimonio es un derecho básico no implica que toda relación sexual y voluntaria debe ser otorgada un reconocimiento legal como matrimonio. La inclusión ilógica de relaciones homosexuales bajo la definición del matrimonio abrirá el camino para otros grupos peticionando reconocimiento para sus relaciones. Si la sociedad empieza cambiar la definición del matrimonio sin tener ancla en algo firme, ¿cómo podrá después negar dar el mismo derecho a estos otros grupos? Esto no es la falacia del pendiente resbaloso ya que analiza la evolución racional posible dado la socavación de fundamentos sin sugerir otro fundamento alternativo. Si el lado pluralista pudiese presentar un fundamento plausible y resistente, este argumento sería menos relevante. Pero, hasta la fecha no hay una alternativa evidente.

Reacciones cristianas

Debemos afirmar que el pecado es pecado, aferrándonos a la postura bíblica de relaciones homosexuales (y, por extensión, “matrimonio homosexual”). No tenemos ningún derecho de cambiar la ley de Dios. No podemos ignorar ni dejar de proclamar partes de Su Palabra simplemente porque no incomodan.

Existe una distinción entre servir a la persona en general y servir a la persona en una forma que parece apoyar el pecado. Servirle café a una persona en una relación homosexual no expresa aprobación del pecado de ninguna forma. Rehusar servirle a un homosexual en esta o parecidas circunstancias sería excesivo, incluso si uno tiene el derecho legal de rehusarle. Preparación de adornos para un “matrimonio homosexual” se puede interpretar como aprobación del acto. Rehusar este tipo de servicio puede ser recomendable, aunque también uno podría verlo como una transacción normal sin implicar aprobación de las circunstancias. Como no hay ley ni instrucción bíblica expresando cuales cosas el cristiano debe hacer y cuales cosas el cristiano debe rehusar hacer, debemos permitir libertad de conciencia en estos asuntos. Por otra mano, ser el ministro que preside en la boda de una pareja homosexual claramente comunica aprobación (de uno y de la fe que uno representa) del matrimonio homosexual y relaciones homosexuales. El cristiano debe rehusar este servicio (incluso con repercusiones sociales y legales) como una parte natural de mantenerse fiel a la Palabra de Dios.

El esfuerzo internacional a favor de “derechos” para homosexuales y leyes anti-discriminación con respecto a la orientación sexual que termina con discriminación en contra de la fe cristiana, veo consistente con la enseñanza bíblica que se oscurecen en su entendimiento, y buscan aprobación en su pecado.

Jesús fue criticado por ser “amigo… de pecadores”. (Mt 11:19; Lc 5:30-32) Se juntaba con ellos, pero con un propósito específico: llamarlos al arrepentimiento. Es aceptable (y necesario) cultivar amistades con pecadores, pero hacerlo sin nunca llamarlos al arrepentimiento puede dar la impresión que la santidad no importa. Pero, Jesús nunca fue acusado de participar en inmoralidad ni de aprobarla, simplemente de asociarse con conocidos pecadores. Los cristianos deben tratar hasta el peor pecador con amor y respeto, y como personas que necesitan las buenas nuevas de Jesucristo (pero lean con cuidado 1 Cor. 5:9ss). Entre otras cosas, obviamente excluye abuso verbal, violencia, difamación, etc. No obstante, podemos y debemos apoyar buenas leyes que promueven y fomentan estilos de vida piadosos y morales (incluso cuando no son populares) mientras que seguimos proclamando la verdad de la Palabra de Dios con amor y gracia.

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