Entre las cosas que Pablo habla en este capítulo es el tema del poder en la vida cristiana. Vivimos en un mundo obsesionado con poder en sus varias formas. Y, el mundo cristiano no es una excepción. Lamentablemente, a veces, hay gente que luchan por poder e influencia en la iglesia. Pretenden ser muy importantes y asumen títulos cada vez más fuertes, hasta apóstoles. Esto también pasó en Éfeso, como es evidente en la carta de Jesús a los cristianos de Éfeso en Apocalipsis 2:2 “…has sometido a prueba a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado falsos.” Esta gente busca poder, pero no es la clase de poder que Pablo enfatiza aquí y en otros lugares.

El poder que Pablo menciona tiene varias características, pero en este caso no es nada de trucos ni manifestaciones. No es para llamar la atención. Ciertamente no es el caos que se ve en algunas iglesias. Es un poder controlado y con propósitos específicos. ¿Qué es lo que hace este poder que viene del Espíritu Santo?

  • Para fortalecernos en el hombre interior – está hablando de algo no visible. No tiene que ver con cosas externas. Habla de algo en el alma o espíritu del cristiano. El poder es para hacer algo adentro. Y, eso resulta ser mucho más importante que las cosas externas y visibles. Y, aunque no llama tanta atención resulta ser un testimonio mucho más potente. Es un poder para hacer una transformación interna. Aquí, hablando del interior podríamos hablar, obviamente, del corazón. Nuestra alma o corazón puede ser fuente de maldad (Mat 15:19, por ejemplo). Pablo habla en Romanos 7 de la lucha constante que tenemos, incluso después de recibir la salvación. No podemos ceder a la apatía ni dejar que nuestra voluntad sea dominada por nuestras tentaciones. El Espíritu Santo, en ayudarnos con nuestra santificación nos da poder y fuerza
  • Para que Cristo pueda habitar en nuestros corazones por fe – fe, siendo la condición esencial para gozar de la presencia de Cristo en nuestras vidas, es el elemento más básico que debemos mantener. Esta fuerza interior que viene por el poder del Espíritu Santo nos ayuda a preservar y crecer en nuestra fe para poder experimentar más ampliamente la presencia beneficiosa de Jesucristo en nosotros. Al tener más fe en él, podemos ver más de lo que él quiere hacer en nuestras vidas
  • Para estar estables – para poder amar como Cristo nos ha pedido. Entendemos que sin el amor el hermano puede traicionar a su hermano, el padre a su hijo, etc. Sin amor suficiente, las iglesias sufren divisiones y peleas. Mucho más importante que cualquier manifestación es el amor, como Pablo habla claramente en 1 Corintios 13. El amor da estabilidad a nuestras vidas y a nuestra iglesia.
  • Para comprensión y conocimiento – La comprensión aquí probablemente incluye conocimiento teológico, pero es más que eso. Es conocer el amor de Dios. Algunas cosas del amor de Dios podemos conocer principalmente por conocimiento bíblico y doctrinal. La expresión más importante del amor es la muerte sustitucional de Jesús en la cruz, donde cargó con el castigo de nuestro pecado para perdonarnos. Como dice Pablo, demostró su amor en que cuando éramos enemigos, Cristo murió por nosotros y nos reconcilió. Aunque podemos, y debemos, sentir el amor de Dios en momentos. Nuestro conocimiento del amor tan vasto que no podemos entenderlo en su totalidad se base primeramente en lo que vemos en su Palabra. Como dice una canción conocida: Sí, Cristo me ama, La Biblia dice así.

Busquemos el poder para santidad, fe, amor, y comprensión que son mucho más importantes que cosas externas.

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