El sacrificio de Cristo
Aunque no es el enfoque del pasaje, Efesios 5 nos dice cosas interesantes acerca del sacrificio de Cristo. Por una cosa, aprendemos que su muerte efectivamente fue un sacrificio a Dios. Hay muchos hoy que niegan esta idea. Algunos dicen que en la cruz Jesús engaño al diablo. Otros dicen que la cruz solamente nos mostró la seriedad del pecado y la inmensidad del amor de Dios. Algunos piensan que su muerte fue necesaria solamente para permitir su resurrección. Como en muchos otros pasajes vemos que el objeto del sacrificio de Cristo es Dios mismo. Jesús es un sacrificio y una ofrenda ofrecida a Dios por nosotros, en nuestro lugar. Sí, su amor motivó el sacrificio. Un sacrificio muestra amor solamente cuando es necesario. Una muerte innecesaria no demuestra amor. Aquí, como en otros pasajes, vemos que la muerte de Jesús fue un sacrificio necesario. También vemos otra verdad relacionada con eso – la ira de Dios. La santidad de Dios motiva su ira hacia los desobedientes – un juicio divino. Él es un Dios santo, y su santidad se expresa como ira frente el pecado. Aunque la Biblia dice que Dios es amor, no es solamente amor. El amor no es su único atributo. Podemos imaginar la ira de Dios cayendo sobre el mundo como una lluvia. El sacrificio de Jesús es un refugio donde podemos albergarnos hasta el momento de recibir la herencia que Dios nos ha prometido. La condición principal de recibir el beneficio es colocarte debajo de la protección que la cruz de Cristo ofrece. Pablo insta a los cristianos a nos dejar que sus vicios anteriores y tentaciones actuales les seduzca hacia fuera del refugio. Algunos permitan pecado como normal o inevitable. Pablo ve el pecado como algo que puede ser vencido en Cristo y antitético a la vida en Cristo. Hay algunos pecados completamente incompatibles con una fe verdadera y un auténtico arrepentimiento.
El matrimonio y la iglesia
Cristo ama a la iglesia (el conjunto de cristianos) mucho. Él ama tanto a la iglesia que se sacrificó por ella. Siendo su Señor con autoridad absoluta protege y permite el libre albedrío de los cristianos. No nos ha dictado todos los detalles de la iglesia. Nos dio un patrón, nos dio normas, y nos dio libertad. Las iglesias pueden decidir en el horario de su culto (mañana o tarde, largo o corto, etc.), orden del culto (preservando algunos elementos fundamentales mencionados en la Biblia), estilos, y muchas cosas más. Jesús es el Todopoderoso, pero no ocupa eso como dictador o tirano.
Aunque no sea muy popular en nuestro mundo actual, Dios también ha presentado una orden establecida para la casa, el funcionamiento de la familia. El hombre de la casa tiene el deber de amar tal como Jesús ama a la iglesia. El hombre debe liderar su hogar, tomar responsabilidad por el funcionamiento de la casa, y buscar el buen desarrollo de todos los miembros de su familia. Algo de autoridad es necesario para poder cumplir con este deber. No debe ser necesario recordar a los hombres que esto no es una excusa para ningún tipo de abuso, violencia, o maltrato. La autoridad no es la meta, es algo necesario para llegar a las metas antemencionadas.
La mujer tiene dos responsabilidades destacadas aquí: respetar a su marido y someterse a él. La mujer no es inferior en ningún sentido. Sin embargo, los roles en el hogar, según el plan de Dios, requieren autoridad de parte del marido para poder cumplir con sus deberes y sumisión de parte de la mujer, todo dentro de un ámbito de amor y respeto mutuo.
Debemos conducirnos en la iglesia y en el hogar en formas que exaltan la autoridad de Cristo y que le traen honra y gloria.