Relaciones de autoridad y sumisión
Cristo tiene autoridad sobre la iglesia, y la iglesia se somete por amor a Cristo. El marido tiene autoridad sobre su esposa, y la esposa se somete por respeto a su marido. Los papás tienen autoridad sobre sus hijos, y los hijos se someten por respeto y amor a sus padres. El empleador (amo) tiene autoridad sobre su empleado (esclavo), y el empleado se somete por respeto a Cristo.
Los primeros dos casos se tocan en el capítulo anterior, pero la conexión con los dos casos presentados en este capítulo es obvia. El que tiene autoridad debe ejercer bien su autoridad, sabiendo que rendirá cuentas al Señor. El que debe someterse también lo hace, a fin de cuentas, por el Señor. Estas estructuras de autoridad vienen de Dios. No podemos culparle a Dios cuando las personas en estas estructuras abusan de su autoridad. Tampoco podemos culparle a Dios cuando las cosas no resultan bien porque uno o ambos abandonan su responsabilidad. Los padres tienen que amar, disciplinar y, generalmente, criar bien a sus hijos. Los padres deben proveer las oportunidades necesarias para la educación práctica, la formación espiritual, y la eventual independización del hijo. Los hijos no pueden hacerlo solo. No tienen la madurez para ser mini adultos. Un peligro que Pablo prevé es el tratamiento intencionalmente provocador que, a fin de cuantas, aleja al niño y provoca más rebelión. Una mezcla de amor, instrucción y disciplina es necesaria para la buena formación de los hijos.
Aunque no hay esclavitud en nuestro contexto, los pasajes que hablan del esclavo y el amo tienen mucha aplicación en el entorno laboral. Los principios de un tratamiento justo y libre de amenazas y abusos son igualmente aplicables a empleadores. Los conceptos de igualdad, de no hacer acepción de personas, y cosas semejantes son también aplicables hoy. De parte del empleado o contratado, también uno puede ver la relevancia de los conceptos de: trabajo duro y responsable, sinceridad, calidad, y buena voluntad.
Armadura de Dios
Dentro de la lista de la armadura de Dios hay varios elementos interesantes que uno podría ver. Aquí quiero destacar tres aspectos generales. Hay piezas de la armadura que no sirven ni para atacar ni para defenderse. Tanto el cinturón como las sandalias no ofrecen protección ni tampoco sirven en la ofensa. Su uso es una preparación para la batalla. El cinturón permitía llevar armas y también ceñir la túnica para permitir agilidad. Las sandalias daban al soldado estabilidad para no caerse. Otros elementos, como la coraza y el yelmo, tienen un uso netamente defensivo, para protegerse de los ataques del enemigo. Y, dos elementos dan la capacidad de avanzar: el escudo y la espada. El ejercito romano avanzaba principalmente detrás de sus famosos escudos en formaciones estrictas. El cristiano debe prepararse con los elementos mencionados por Pablo en este pasaje para estar bien preparados para movimiento, estabilidad, defensa, y ataque. Si descuidamos ciertos elementos no ponemos en peligro y también ponemos en peligro nuestros compañeros y compatriotas que batallan a nuestro lado.
Conclusión
Pablo pide oración en el Espíritu por todos los cristianos (santos) en todo el mundo, sabiendo que muchos enfrentaban persecución y dificultades en esta vida. Al pedir oración por él mismo, no pide liberación de sus cadenas y la persecución que enfrentaba, sino solamente para seguir siendo un buen testigo de Cristo. Su motivación en todo momento, incluso en dificultad, es persuadir a la genta a convertirse a Cristo. En lugar de enfocarse en sus problemas y las cosas negativas en su vida, está enfocado en su misión. ¿Cuál es tu misión? ¿Es tu enfoque en este momento?
(Foto por: By RömerWelt – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=57355528)