Pregunta: ¿Debemos prepararnos para defender la fe? 1 Pedro 3 parece decir que sí, pero Jesús dice que no debemos hacerlo.
Respuesta: Lo primero que debemos hacer es ver los dos textos y su contexto. Ahí se resuelven una gran cantidad de contradicciones aparentes y dificultades entre pasajes distintos. Después, veremos el contenido de los textos. Finalmente, aplicaremos razonamiento para tener una buena idea de lo que debemos hacer y lo que no debemos hacer. Nuestra meta no es defender lo que hacemos, sino analizar lo que la Biblia enseña y aplicar su enseñanza e instrucción a nuestras vidas.
Contexto
Miren, Yo los envío como ovejas en medio de lobos; por tanto, sean astutos como las serpientes e inocentes como las palomas. Pero cuídense de los hombres, porque los entregarán a los tribunales y los azotarán en sus sinagogas; y hasta serán llevados delante de gobernadores y reyes por Mi causa, como un testimonio a ellos y a los gentiles. Pero cuando los entreguen, no se preocupen de cómo o qué hablarán; porque a esa hora se les dará lo que habrán de hablar. Porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu de su Padre que habla en ustedes. El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo; y los hijos se levantarán contra los padres, y les causarán la muerte. Y serán odiados de todos por causa de Mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ese será salvo. Pero cuando los persigan en esta ciudad, huyan a la otra; porque en verdad les digo, que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes que venga el Hijo del Hombre. (Mateo 10:16-23)
Primero, que nada notamos que estas palabras de Jesús también se encuentran en Marcos en un contexto un poco distinto.
Pero ustedes, estén alerta; porque los entregarán a los tribunales y serán azotados en las sinagogas, y comparecerán delante de gobernadores y reyes por Mi causa, para testimonio a ellos. Pero primero el evangelio debe ser predicado a todas las naciones. Cuando los lleven y los entreguen, no se preocupen de antemano por lo que van a decir, sino que lo que les sea dado en aquella hora, eso hablen; porque no son ustedes los que hablan, sino el Espíritu Santo. (Mar 13:9-11)
El contexto de Lucas es también un poco distinto. Dice: Cuando los lleven a las sinagogas y ante los gobernantes y las autoridades, no se preocupen de cómo o de qué hablarán en defensa propia, o qué van a decir; porque el Espíritu Santo en esa misma hora les enseñará lo que deben decir». (Luc 12:11-12)
El contexto de Mateo es que Jesús da instrucciones a sus doce discípulos (los Apóstoles) cuando son enviados a los pueblos de Israel. La misión de ellos (antes y después de la cruz y resurrección) fue anunciar las buenas nuevas de Jesús a Israel (y judíos en otros lugares). Jesús predecía la persecución que enfrentarían. Obviamente ellos tuvieron dones especiales del Espíritu Santo para poder dar el testimonio inicial y poder fundar la Iglesia sobre un buen cimiento de sana doctrina y santidad. Vemos estas palabras cumplidas en ellos en el libro de Hechos. Pedro y Juan son llevados frente los lideres judíos y Pablo, aunque no es uno de los Doce presentes en este momento es Apóstol también nombrado por Jesús, estuvo frente varios gobernantes en sus viajes misioneros. Santiago (Jacobo) murió fielmente en Hechos 12. Jesús cumplió con sus palabras a sus Apóstoles.
En los contextos de Marcos y Lucas, su audiencia no parece ser solamente los Doce. Habla de cómo enfrentar persecuciones políticas y religiosas. Vemos sus palabras cumplidas en personas que no son Apóstoles en casos como el de Esteban en Hechos 7 donde los lideres religiosas no podían resistir su sabiduría porque estaba lleno del Espíritu Santo. Tradiciones de la iglesia también ponen palabras precisas, lindas y poderosas en las bocas de los mártires de los primeros siglos de la Iglesia.
El contexto de 1 Pedro es a una iglesia que vivía también bajo persecución. Mientras el imperio romano no siempre tenía una política oficial de persecución de los cristianos, en ciertas épocas y regiones había mucha persecución. La audiencia original de 1 Pedro, cristianos esparcidos en una especie de diáspora por Asia Menor, sufrían persecución por su fe cristiana. En este contexto Pedro dice: Pero aun si sufren por causa de la justicia, dichosos son. Y NO TENGAN MIEDO POR TEMOR A ELLOS NI SE TURBEN, sino santifiquen a Cristo como Señor en sus corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que les demande razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con mansedumbre y reverencia, teniendo buena conciencia, para que en aquello en que son calumniados, sean avergonzados los que hablan mal de la buena conducta de ustedes en Cristo. (1 Ped 3:14-16)
Pablo también exigió a sus lectores: Que su conversación sea siempre con gracia, sazonada como con sal, para que sepan cómo deben responder a cada persona. (Col 4:6)
Contenido de los pasajes
El contexto, en este caso, ayuda en algo, pero no resuelva todo el asunto. ¿Hay que prepararse o no? Entonces, con el contexto en vista, vamos al contenido.
Primero, Jesús dice que lo que Jesús habla es para uno es llevado frente tribunales, gobernantes, o lideres religiosos. Esto obviamente no es conversación normal. Es persecución oficial. En el caso de Pablo y Pedro, no señala que se aplica a persecución directa y oficial, sino de la vida cristiana cotidiana. El alcance de lo que dicen Pedro y Pablo es mucho más amplio que lo que dice Jesús, entonces esperaríamos que tuviera una aplicación más amplia también.
Luego, en los tres textos Jesús dice no se preocupen. La palabra en griego tiene dos partes. Pro – de antemano; merimnao – afanarse; preocuparse; estar ansioso. Esta última parte también leemos en un contexto bien conocido en el sermón en el monte en Mateo 6 donde Jesús dice a la multitud que Dios es capaz de cuidar las necesidades básicas de las personas y que no hay que afanarse, sino buscar primero Su reino y justicia. El punto de Jesús ahí no es que no hay que trabajar, que uno no puede pensar en y prepararse para el futuro, sino que no hay que afligirse por problemas que no están presentes hoy. Ni Pedro ni Pablo dice que hay que afanarse, sino que uno debe prepararse. En el sermón en el monte, Jesús dice no preocuparse por el futuro y las necesidades básicas, pero debemos seguir siendo responsables en lo laboral y la economía; en este contexto Jesús nos dice no afanarnos por cómo vamos a defendernos frente persecución, mientras Pablo y Pedro nos recuerdan que podemos ser responsables y prepararnos en general con estudio sin afanarnos.
Algunos han sugerido que cuando Pedro dice “de la esperanza” que lo que está diciendo es que uno no tiene que defender la fe con razonamiento y evidencia sino explicar la esperanza emocional y espiritual que uno tiene. Esto es una mala explicación ya que Pedro ocupa la palabra “apología”, que es una defensa razonada y bien presentada. Ahora, hay una diferencia entre lo que dice Jesús y lo que dice Pedro. Pedro dice que hay que estar preparados para dar una defensa de la razón de la esperanza que tenemos. Jesús dice no afanarse por cómo defenderse. Si uno se fija en los ejemplos en Hechos, ellos se enfocan mucho más en una defensa del Evangelio que en una defensa personal. No están preocupados de ser bien vistos por sus perseguidores (aparte de su inocencia de maldad). El enfoque es defender el mensaje.
Conclusión general
En esto vemos que lo que hizo Esteban, por ejemplo, es un buen ejemplo compatible con los dos textos. Esteban no estaba afanado y preocupado por una eventual defensa. Estaba preparado con buen conocimiento bíblico, una fe fuerte y un testimonio intachable. Estuvo preparado para enfrentar lo que fuera y arriesgar su vida para dar la razón de la esperanza que tenía. El Espíritu Santo le ayudó con sabiduría para el momento preciso. Murió por su fe tras defender el Evangelio de forma elocuente.
Podemos prepararnos sin preocuparnos.
Algunas notas adicionales acerca de 1 Pedro 3:15
No tengan miedo… sino – Pedro nos va a decir algo que podemos hacer para no tener miedo cuando conversamos con inconversos que son antagonistas a la fe en Cristo Jesús. No hay que afanarse ni tener miedo.
Santifiquen a Cristo como Señor – apartar o separar algo o alguien de las cosas terrenales y comunes. Jesús debe tener un lugar especial en nuestros corazones. ¿Qué lugar es? El lugar de Señor. Él debe ser el Señor, dueño, gobernante exclusivo de tu corazón. Si Cristo es Señor, nos ayuda a vencer nuestro temor y timidez para seguir proclamándole.
Estando siempre preparados – Estudio y preparación sirven para evitar el miedo – debemos estar bien preparados para dar una defensa de nuestra fe (o esperanza, como dice aquí), lo que hemos creído para el presente y el futuro.
Preparados – estudio profundo de la Biblia, lógica, evidencias, etc. hasta estar familiarizados con ideas, conceptos y argumentos
Háganlo con mansedumbre y reverencia – no es evitar conclusiones necesarias, ni proclamación clara de la verdad, sino del espíritu con el cual presentamos la información en nuestro argumento. A veces, para evitar temor queremos ser condescendientes para que no nos cuestionen. Nos sentimos que somos protegidos así, y esta forma es la forma del mundo, pero no es la forma cristiana. Nuestro mensaje no debe ser expresado con arrogancia y desprecio provocados por el temor. Reconocimiento de la autoridad de Cristo y una buena preparación son nuestras opciones para hablar con humildad y amor, sin temor.
Teniendo buena conciencia, (una conducta que te deja con una buena conciencia) – un buen argumento es socavado completamente por mala conducta o engaños.
La defensa – apología = defensa por palabra escrita o hablada. Un argumento o declaración razonada.
Ejemplos bíblicos argumentos lógicos y razonables
- Pedro en Hechos 2-5. Presenta argumentos a favor de Jesús como el Mesías y defendiendo su conducta. Probablemente Pedro tiene algunas de estas instancias en su mente cuando escribió esta carta.
- Hechos 7. Esteban predica frente lideres judíos, argumentando del Antiguo Testamento.
- Pablo en Hechos 17 frente los filósofos griegos. No usa la Biblia en este caso, aunque sus argumentos son sumamente bíblicos.
- Pablo en Hechos 23-26 frente los religiosos y gobernantes. Presenta una mezcla de testimonio personal, Biblia, y lógica.