Si un cristiano tiene una enfermedad cardiaca, va a un cardiólogo. Si un cristiano tiene problemas respiratorios, va a un especialista broncopulmonar. Y, si un cristiano tiene enfermedades mentales ¿puede acudir a un psicólogo? Para algunos cristianos, esta pregunta es bien difícil. Quiero explicar que creo que el cristiano bien puede y, en algunos casos, debe buscar ayuda profesional en el tema de salud mental.
Ejemplos bíblicos
Primero que nada, quiero decir que problemas de salud mental son reales y afectan a personas piadosas, creyentes en el Dios verdadero que conocemos en la Biblia. Algunos ejemplos de la Biblia nos pueden orientar, para comprobar que esto sea verdad. Veremos textos bíblicos que hablan de lo que podría ser depresión y/o ansiedad.
Noe
Recibió la comunicación de Dios por su justicia y bondad (relativa a los demás) y Hebreos le nombra como una persona de fe. Noé fue un creyente obediente y siguió instrucciones divinas y fue protegido por Dios en el arca cuando el diluvio arrasó con la humanidad. Noé recibió una gran bendición – su familia también se salvó en el arca. Pero, Noé presenció la destrucción del resto de la humanidad; su predicación durante 120 años no había tenido ni un convertido. Cayó en pecados que clasifico “pecados de escapismo” (alcoholismo, en su caso). Otros pecados de escapismo incluyen drogas y otras adicciones, autolesión, y hasta suicidio. Noé sufrió por lo que había vivido, a pesar de su fe y obediencia
Jeremías
Predicó fielmente durante toda su vida, como Noé también había hecho, sin convertidos. Durante su vida Dios permitió la destrucción de Judea y Jerusalén. Jeremías fue despreciado y perseguido por su propio pueblo. Nunca vio buenos resultados de su predicación y labor. Nadie podría acusarle de faltar ni fe en Dios y obediencia genuina. Sin embargo, sufrió. Sufrió lo que puede parecer una depresión.
Mis ojos se consumen por las lágrimas, hierven mis entrañas; mi hiel se derrama por tierra, a causa de la destrucción de la hija de mi pueblo, cuando niños y lactantes desfallecen en las calles de la ciudad. (Lam 2:11) He venido a ser objeto de burla de todo mi pueblo, su copla todo el día. Él me ha llenado de amargura, me ha embriagado con ajenjo. Ha quebrado con guijarro mis dientes, ha hecho que me revuelque en el polvo. Y mi alma ha sido privada de la paz, he olvidado la felicidad. Digo, pues: Ha perecido mi vigor, y mi esperanza que venía del SEÑOR. Acuérdate de mi aflicción y de mi vagar, del ajenjo y de la amargura. (Lam 3:14-19)
Job
Uno de los casos más conocidos, es el de Job. Aquí tenemos un hombre justo que sufre por razones más allá de su conocimiento y fuera de su control. No sufre por una falta de fe, ni santidad, ni obediencia. Su sufrimiento incluye la pérdida de su salud, sus bienes, y su familia (aparte de su esposa). Sus palabras expresan la profundidad de su agonía emocional.
Perezca el día en que yo nací, y la noche que dijo: «Un varón ha sido concebido.» Sea ese día tinieblas, no lo tome en cuenta Dios desde lo alto, ni resplandezca sobre él la luz. Apodérense de él tinieblas y densa oscuridad, pósese sobre él una nube, llénelo de terror la negrura del día. … ¿porque no cerró las puertas del vientre de mi madre, ni escondió la aflicción de mis ojos. ¿Por qué no morí yo al nacer, o expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron las rodillas, y para qué los pechos que me dieron de mamar? Porque ahora yo yacería tranquilo; dormiría, y entonces tendría descanso con los reyes y los consejeros de la tierra, que reedificaron ruinas para sí; o con príncipes que tenían oro, que llenaban sus casas de plata. O como aborto desechado, yo no existiría, como los niños que nunca vieron la luz. … ¿Por qué se da luz al que sufre, y vida al amargado de alma; a los que ansían la muerte, pero no llega, y cavan por ella más que por tesoros; que se alegran sobremanera, y se regocijan cuando encuentran el sepulcro? ¿Por qué dar luz al hombre cuyo camino está escondido, y a quien Dios ha cercado? Porque al ver mi alimento salen mis gemidos, y mis clamores se derraman como agua. Pues lo que temo viene sobre mí, y lo que me aterroriza me sucede. No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que me viene turbación. (Job 3:3-26)
Pablo
Una conversión famosa después de haber perseguido la iglesia y aprobado de la muerte de los cristianos. Pablo, por supuesto, fue constituido Apóstol de Jesucristo a los gentiles. Llevó las buenas nuevas al mundo romano, siendo ejemplo de fe, sana doctrina, amor y conducta. Ciertamente nadie puede cuestionar su dedicación. Y, sin embargo, sufrió. Hablando de su sufrimiento y las consecuencias emocionales podemos ver algunos textos.
Y estuve entre vosotros con debilidad, y con temor y mucho temblor. (1 Cor 2:3)
¿Son servidores de Cristo? (Hablo como si hubiera perdido el juicio.) Yo más. En muchos más trabajos, en muchas más cárceles, en azotes un sinnúmero de veces, a menudo en peligros de muerte. Cinco veces he recibido de los judíos treinta y nueve azotes . Tres veces he sido golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces naufragué, y he pasado una noche y un día en lo profundo. Con frecuencia en viajes, en peligros de ríos, peligros de salteadores, peligros de mis compatriotas, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; en trabajos y fatigas, en muchas noches de desvelo, en hambre y sed, a menudo sin comida, en frío y desnudez. Además de tales cosas externas, está sobre mí la presión cotidiana de la preocupación por todas las iglesias. (2Co 11:23-28)
David
Obviamente, el caso de Davis, un hombre famoso por su pelea contra Goliat, por ser un buen rey y por ser un hombre que seguía a Dios. Como los que están familiarizados con su historia saben, sufrió persecución por Saul y varias tragedias debido a su propio pecado. David también expresó mucho de lo que vivió y sintió en los salmos. Veamos unos ejemplos de sus palabras.
Porque Tus flechas se han clavado en mí, Y sobre mí ha descendido Tu mano. Nada hay sano en mi carne a causa de Tu indignación; En mis huesos no hay salud a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; Como pesada carga, pesan mucho para mí. Mis llagas huelen mal y supuran A causa de mi necedad. Estoy encorvado y abatido en gran manera, Y ando sombrío todo el día. Porque mis lomos están inflamados de fiebre, Y nada hay sano en mi carne. Estoy entumecido y abatido en gran manera; Gimo a causa de la agitación de mi corazón. (Sal 38:2-8)
Atiéndeme y respóndeme; Conmovido estoy en mi queja y muy conturbado, A causa de la voz del enemigo, Por la opresión del impío; Porque echan iniquidad sobre mí, Y con furia me persiguen. Angustiado está mi corazón dentro de mí, Y sobre mí han caído los terrores de la muerte. Terror y temblor me invaden, Y horror me ha cubierto. (Sal 55:2-5)
No escondas de mí Tu rostro en el día de mi angustia; Inclina hacia mí Tu oído; El día en que Te invoco, respóndeme pronto. Porque mis días han sido consumidos en humo, Y como brasero han sido quemados mis huesos. Mi corazón ha sido herido como la hierba y se ha secado, Y hasta me olvido de comer mi pan. A causa de la intensidad de mi gemido Mis huesos se pegan a la piel. Me parezco al pelícano del desierto; Como el búho de las soledades he llegado a ser. No puedo dormir; Soy cual pájaro solitario sobre un tejado. Mis enemigos me han afrentado todo el día; Los que me escarnecen han usado mi nombre como maldición. Porque he comido cenizas por pan, Y con lágrimas he mezclado mi bebida, A causa de Tu indignación y de Tu enojo; Pues Tú me has levantado y me has rechazado. Mis días son como sombra que se alarga; Y yo me seco como la hierba. (Sal 102:2-11)
Conclusiones de los ejemplos bíblicos
Primero que nada, aprendemos que problemas de salud mental son reales. Depresión, ansiedad, bipolar, esquizofrenia, estrés, y más son reales. No vemos ejemplos, tal vez, de todos estos casos en la Biblia. Lo que vemos son casos de gente que sufría emocionalmente. Mientras no es el enfoque de la Biblia, por la medicina moderna podemos ver que hay factores biológicos, hay factores ambientales, y hay resultados de decisiones personales que afectan la salud mental y emocional. Problemas que existen hoy existían en la Biblia también, aunque no tenían la misma terminología.
También aprendemos en algunos de estos casos que problemas de salud mental pueden tener efectos graves como: incumplimiento de deberes, escapismo en sus varias formas, y destrucción de relaciones. Los efectos graves que vemos en la Biblia deben llamarnos la atención. Es algo bastaste serio.
Quiero recalcar, aunque debe haber sido evidente, que problemas de salud mental pueden afectar a los seguidores de Dios. Hemos visto algunos ejemplos, pero de ninguna forma hemos visto todos los ejemplos bíblicos que uno puede ver. La evidencia es clara y abundante que seguidores de Dios pueden sufrir emocional y mentalmente. A veces tiene un factor espiritual (consecuencia de pecado, por ejemplo), pero esto no es siempre el caso. Una persona muy conocida en la Biblia que tuvo más fe, santidad, obediencia, y amor que cualquier persona y que no tenía culpa de ningún pecado dijo: “Mi alma está muy afligida, hasta el punto de la muerte; quedaos aquí y velad conmigo.” (Mat 26:38) Y también dijo “Ahora mi alma se ha angustiado; y ¿qué diré: «Padre, sálvame de esta hora»? Pero para esto he llegado a esta hora. (Jua 12:27). Hablando de Su sufrimiento dice también la Biblia: estando en agonía, oraba con mucho fervor; y Su sudor se volvió como gruesas gotas de sangre, que caían sobre la tierra. (Luc 22:44) [agonía también puede traducirse “angustia”] Y, otra vez dice “Y tomando consigo a Pedro y a los dos hijos de Zebedeo, comenzó a entristecerse y a angustiarse.” (Mat 26:37)
Problemas de salud mental pueden ser tratados
No todos condujeron a los problemas severos. Algunos casos se pueden tratar en casa tal como uno puede tratar un resfriado común o gripe en la casa. Hay formas de ayudar y aliviar síntomas que podemos encontrar en la Biblia. Lectura bíblica, oración, congregación, servicio cristiano y otras prácticas nos pueden ayudar. Hay verdades en la Biblia que también, siendo bien entendidas, pueden dar una buena orientación y forma de seguir.
Tal como las enfermedades mencionadas al principio de este escrito, si uno tiene problemas más severos que requieren tratamiento de especialistas, es bueno acudir a los recursos disponibles. Hay una famosa anécdota contada en miles de sermones acerca del hombre que estaba por morir en un diluvio y, tras pedirle a Dios que le salvara. Con su mucha fe rechazó la ayuda ofrecida de parte de un barco y de un helicóptero porque confiaba en Dios. Murió en el diluvio y, al llegar al cielo, preguntó a Dios por qué no le había salvado. Dios, en este relato, le contesta que había enviado tanto el barco como el helicóptero. La verdad expresada en este cuento es que Dios no alimenta por proveer plantas y animales. Dios, en la mayoría de los casos, provee por nuestra salud a través de remedios naturales y medicina moderna. ¿Por qué no podría usar profesionales de salud mental para ayudarnos en cuanto a las emociones y el funcionamiento biológico del cerebro?
Una palabra de precaución
Mientras que estoy completamente a favor de buscar ayuda en el área de salud mental y emocional, hay que tener precaución. Es verdad que, lamentablemente, el área de psicología y psiquiatría tiene (por lo general) una cosmovisión hostil al cristianismo. Es verdad que, en su gran mayoría, este mundo no va a apuntar a Dios, ni a Jesús, ni al Evangelio. Tal como no esperamos que el oncólogo sea experto teológico, no debemos esperar orientación espiritual ni pastoral de parte del mundo secular. Lo que buscamos en estas asesorías es la estabilidad emocional y claridad mental para poder retomar la vida cristiana. Si uno puede encontrar apoyo psicológico de la perspectiva de la cosmovisión cristiana, esto es mejor. Si esto no existe en tu sector, busque orientación pastoral y teológico en paralelo con el tratamiento psicológico.