¿Has cuestionado la existencia de Dios? Tal ves te has preguntado si ¿el cristianismo realmente es el único camino? o si ¿la fe tiene relevancia frente la ciencia moderna

Lamentablemente en algunos círculos cristianos una duda acerca de la fe ya es incredulidad. Demuestra, para algunos, una falta de fe sincera y, tal vez, pone en cuestión la salvación de la persona que duda. El problema que eso perjudica crecimiento y no es bíblico.

En primer lugar, la sensación que uno no puede tener dudas o preguntas importantes acerca de la fe obstaculiza crecimiento cristiano. El problema es que si uno tiene una duda… digamos que cuestiona si Dios realmente existe dado algo que vio en un documental. Si este hermano piensa que plantear esta duda a su liderazgo en la iglesia va generar una percepción que es débil en la fe, probablemente no atreva preguntar. Por lo tanto, va a seguir asistiendo la iglesia, participando en las formas y ritos (canciones, ofrendas, y más) sin estar convencido que hay un Dios. ¿Cuál es el peligro? Por una cosa, creencia en Dios es fundamental para la salvación. Otro peligro es que se sienta como un hipócrita por participar sin realmente creer. Esto podría llevarle a abandonar su fe o a acostumbrarse a la hipocresía y volverse insensible al mensaje que escucha en la iglesia. Obviamente tendrá poco incentivo para crecer, participar en más actividades o evangelizar efectivamente. Mientras, si puede plantear su duda y recibir asesoría teológica podría resultar más convencido y participar con más convicción y entusiasmo. La duda no es el problema. El problema es cuando no sentimos que podemos enfrentar la duda. Nuestra fe debe ser tan fuerte que podamos permitir dudas, con la confianza de que veremos comprobada y verificada la veracidad de Dios y su Palabra.

El otro punto importante, es que la Biblia misma enseña eso. Cuando Tomás dudó de la resurrección, Jesús le presentó evidencia. Cuando en Nuevo Testamento relata la fe de Abraham, usa palabras como “consideró” y “estando plenamente convencido.” Sí, dice que no cayó en incredulidad, pero eso no niega el hecho de que dice claramente que consideró puntos en contra (su edad, la edad de su esposa, etc.) y puntos a favor de la fe (el poder y la fidelidad de Dios), y se convenció.

Y tened misericordia de algunos que dudan; (Judas 1:22 – LBLA). El hecho es que los que dudan deben contar con ayuda de sus hermanos en la fe. Si tienes dudas debes buscar ayuda y orientación para resolverlas. Si tienes la capacidad de ayudar a otros que dudan, debes ayudar a fomentar un ambiente propicio para la conversación abierta de estos temas.

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