Es fácil estar prendido por un asunto un día o un par de semanas. Incluso, si es algo realmente emocionante, esto puede durar varios meses o años. El discípulo tiene un trayecto largo por delante. La emoción y pasión del principio son importantes pero insuficientes para correr bien hasta el fin. La Biblia habla mucho de palabras como paciencia, constancia, y perseverancia porque Dios sabe que vendrán tiempos de pocas ganas de seguir haciendo el duro trabajo de crecer en Cristo. En muchos casos de la vida es mejor tener progreso constante que chorros breves y esporádicos. La fábula de Esopo de la tortuga y la liebre se trata de este concepto. Aunque la tortuga es mucho más lenta, termina ganando una carrera debido a su persistencia y constancia. La Biblia busca este tipo de estabilidad en el crecimiento de uno. Puede ser que unos avanzan mucho más rápido mientras que otros avanzan poco a poco. Lo importante es mantener crecimiento constante, independiente del paso de uno. Lapsos en crecimiento son peligrosos. Dan oportunidad para que flojera llegue a ser la costumbre de uno. Tal como en lo físico, en lo espiritual parece que el concepto de la inercia influye mucho. Un cuerpo tiene la tendencia de mantenerse inmóvil o de mantenerse en movimiento. Se necesita energía para hacer movimiento. Si uno pasa tiempos sin crecimiento, está formando una inercia y le será mucho más difícil ponerse otra vez en marcha. Un crecimiento constante es un buen uso de la inercia. Un cuerpo humano tiene que constantemente producir nuevas células para reemplazar las que se van perdiendo. Si en un momento deja de crecer nuevas células buenas, tendrá problemas en el futuro. La palabra paciencia habla de la cualidad de poder tolerar cosas o cumplir tareas difíciles sin alterarse. Algunos aspectos del cristianismo son realmente emocionantes – una relación actual con el Dios del universo que quiere escuchar y recibirnos como sus hijos amados, hermandad con Cristo, el don del Espíritu Santo, perdón de todos nuestros pecados, la promesa de un hogar celestial y eterno, oportunidades para servir y hacer el bien, etc. Hay cosas que no son tan emocionantes – dejar ganancia deshonesta, abandonar placeres ilícitos, dar dinero a la iglesia local, leer y estudiar la Biblia, escuchar sermones a veces muy largos, visitar a personas en el hospital, y cosas semejantes. Si el cristiano tiene que crecer constantemente, conviene que aprenda a cumplir con paciencia estas cosas sin depender solamente de emoción. La palabra perseverancia habla de perdurar permanentemente. ¿En qué sentido se aplica a la vida cristiana? Porque el cristiano podría sufrir enfermedades y pérdidas como cualquier persona. Además, tiene la posibilidad de sufrir por llevar el nombre de Cristo y ser su discípulo. Cristianos han sufrido, y sufren aún, hambre, burlas, encarcelamiento, heridas, y hasta la muerte por su fe sólida en Jesús. Cuando uno está sufriendo en cualquier sentido, desánimo puede llevar a inactividad. Puede, incluso, borrar años de progreso y crecimiento si no se resuelve. En algunos casos personas dejan atrás su fe y la salvación que la acompaña por momentos de desánimo. La estabilidad habla de la mantenerse firme sin vacilar. Otra parte de la constancia es que un cristiano debe seguir siempre en el camino de Cristo, siendo su discípulo fiel. El cristiano no debe dejarse a la deriva, para que cualquier corriente o novedad de doctrina y fe le lleve. Todos saben de la miríada de doctrinas e iglesias que existen. Hay modas religiosas tal como lo hay con ropa, cabello y muebles. El cristiano estable examina todo con el filtro de la palabra de Dios. Un cristiano estable se mantiene en el camino estrecho y angosto que Jesús nos abrió. Hebreos 10:32-39; Hebreos 12:1-3; Santiago 5:7-11; 2 Pedro 1:5-12; Efesios 4:14; Mateo 7:13-14; Hebreos 6:11-20; Hebreos 5:14; 2 Timoteo 2:3-15; Filipenses 3:12-21
