¿Es válido matar a un asesino en la iglesia?

En diversos momentos tenemos que analizar la vida cristiana en una sociedad menos que ideal. Eso no es nada nuevo. Cada generación tiene que confrontar una dura realidad: vivimos en un mundo caído. Mucha gente elige la maldad. Un tipo de maldad es la violencia. Ahí, entre los cristianos sinceros que quieren emular a sus Señor Jesús tienen que estudiar la Escritura para entender nuestras posturas frente la violencia como iglesia. Aquí cabe recordar que un edificio no es una iglesia. Una iglesia es el conjunto y asamblea de los cristianos. Hay varios principios bíblicos relevantes para guiarnos en estos temas y aquí veremos algunos brevemente.

TRES PRINCIPIOS
1) Dios instruye a los cristianos a que amen a sus enemigos y a que oren por los que les persiguen. Es un principio expresado por Jesús en el Sermón en el Monte que es tan difícil de cumplir que algunos han concluido que es una meta inalcanzable en esta vida y Jesús, sabiendo eso, no esperaba que lo cumpliéramos. Pero, el hecho de no ser fácil no es una justificación suficiente como para eliminar una aplicación directa del concepto. Nuestro deber como cristianos y como iglesia es amar a todos, independiente de su intención y acción. Ahora, bíblicamente, el amor no es una emoción sino acciones que buscan el bienestar del otro. Para amar al otro, no es necesario sentir emociones positivas acerca de ellos. Amando a otro podría ser necesario frenar sus malas decisiones para su propio bienestar. Un papá, motivado por el amor a su hijo, está dispuesto a físicamente restringirle si cruza una calle sin percibir que un auto se acerca. Tenemos que amar a todos, pero bíblicamente. Eso no implica aceptación de su comportamiento, sino el deseo sincero de verlos llegar a conocimiento de la verdad de Dios y la recepción de la Salvación y Señorío de Jesús.
2) La función de la autoridad civil. El gobierno civil, con sus cuerpos policiales y militares tienen el deber de mantener e imponer orden en la sociedad. Incluido en este deber es la idea de castigar a malhechores. Los que cometan violencia contra gente inocente deben ser castigados por el gobierno según sus leyes. Cuando un malhechor sale impune frente al gobierno civil por cualquier motivo, es un incumplimiento de sus deberes. Como la operación de justicia penal es una función legitima del gobierno civil, recurriendo a las autoridades frente a injusticias es perfectamente válido. Los ejemplos de Pablo invocando su ciudanía romana frente algunos abusos valida esta posibilidad. Ahora, a veces Pablo estimó que convenía para los fines de la misión aguantar injusticias sin reclamos. En otros momentos, exige, de forma respetuosa, cumplimiento.
3) No retaliación. El principio de no retaliación es expresado por Jesús y Pablo. Ojo por ojo no es un principio válido para el cristiano, ni tampoco “jugar para el empate”. No podemos caer en la trampa de hacer a ellos lo que ellos nos hicieron. El principio expresado por Jesús, más bien, es hacer lo que uno quisiera recibir. Eso quiere decir que la venganza queda fuera para el cristiano. No pagues mal por mal. Hay que seguir haciendo bien. No es siempre agradable, pero es parte de amar a todos. Es justo despues de su enseñanza contra la retaliación y venganza que Pablo abre el tema de la función del gobierno como ministro de justicia de parte de Dios. En lo personal, no podemos tomar venganza, pero el gobierno civil tiene derecho de castigar posteriormente. No es la función del individuo, sino del gobierno.
Ahora, el debate entra en dos temas. La primera es si el Nuevo Testamente exige pacifismo. La segunda es si el Nuevo Testamento no exige pacifismo, si el cristiano tiene derecho de defensa légitima.

Los que apoyan el pacifismo generalmente nombran un par de cosas en sus argumentos. 1) dar la otra mejilla / no vengarse; 2) amar a los enemigos; 3) el ejemplo de Jesús cuando exigió a Pedro a bajar su espada.

EXPLICANDO TRES PASAJES BÍBLICOS USADOS POR DEFENSORES DEL PACIFISMO
1) Dar la otra mejilla. Los ejemplos de no retaliación o de no vengarse son tres. Menciona eso de la otra mejilla. Menciona uno de caminar el doble de los exigido. Menciona entregar más de lo que te quiten. Ciertamente son fuertes y chocantes las enseñanzas de Jesús y van en contra de nuestras inclinaciones naturales. No exigen pacifismo, sin embargo, ya que en ninguno de los casos ejemplares que Jesús emplea hay un peligro mortal. No está en juego la vida de nadie. Un palmazo en la mejilla es una ofensa y un insulto, no es un asalto físico peligroso. Los otros casos también son ofensas personales e inconveniencias importantes, pero tampoco llegan al nivel de perjudicar la vida o salud de la víctima. La aplicación es difícil a pesar de eso. Cuando sufrimos injusticia queremos vengarnos, queremos que paguen. Y, si el gobierno intervenga para estos fines, está bien. Pero nosotros, como personas o iglesias, no podemos hacer esta función. Corresponde a un gobierno civil. No podemos convertirnos en justicieros, ni Robin Hood.
2) Amar a nuestros enemigos. Tal vez es el argumento más persuasivo del pacifismo cristiano. Pero, no es evidente que la defensa legítima es una falta de amor. Uno defendiéndose frente un asalto probablemente no actúa por odio sino por un instinto de preservación. También podemos imaginar casos en que la defensa legítima es para defender un tercero. Sin odiar al asesino, simplemente busca proteger a su víctima potencial. Además, se puede pensar que permitiendo un acto de violencia realmente no es para el bienestar del culpable. En el momento de cometer su acto de violencia tendrá que lidiar con su consciencia el resto de su vida o hacer algo peor… apagar su consciencia. Frenando el mal podría ser más favorable para el bienestar del violento.
3) Las declaraciones de Jesús a Pedro. De los tres argumentos, probablemente es el menos persuasivo. Aunque está solicitando emulación de Jesús tal como la Biblia exige, es obviamente errado. El contexto de eventos es de suma importancia. Nadie piensa que porque Jesús caminó sobre el agua, cambió agua en vino, era soltero, o eligió a un traidor y ladrón como discípulo y tesorero que nosotros debemos hacer lo mismo. Algunos no podemos hacer. Otros no debemos hacer. Algunas cosas que Jesús hizo pudo hacer por ser el Hijo de Dios, Dios encarnado y nosotros simplemente no tenemos el poder ni la autoridad para hacerlo. No podemos modificar los diez mandamientos como Jesús hizo. No podemos dar instrucciones para todo el mundo. No podemos analizar corazones. Hay otras cosas que Jesús hizo para poder cumplir con una misión específica y única – redención. Él tuvo que hacer ciertas cosas para llegar a la cruz y morir en nuestro lugar. Su vida tenía elementos únicos para cumplimiento de una misión única. Podemos ser solteros, pero no es necesario a menos que haya una misión específica que la exija. Podemos elegir intencionalmente un traidor a nuestro equipo, pero no es necesario ni sabio. Podemos tener casa, aunque Jesús no tenía. El ejemplo de Jesús antes de ser arrestado donde dice a Pedro que bajara su espada y que no estaba armando una rebelión no son relevantes para el tema de pacifismo general ni defensa legítima. Él tenía que ser arrestado para cumplir con su misión. Él confrontaba representantes de una autoridad civil legítima. Él había exigido a sus discípulos llevar la espada en primer lugar. Es un caso que simplemente tiene muchos factores y circunstancias que imposibilitan una conclusión a favor de pacifismo o en contra de la defensa legítima.
Lo que uno sí puede concluir es que hay casos en los cuales podría ser mejor sacrificar el derecho de defensa legítima. Podría ser preferible sufrir y ser un testimonio. Podría ser necesario sufrir para cumplir con una misión específica. Podría ser necesario sacrificar el derecho si uno es incapaz de ejercerlo sin perder su amor y ceder al odio.
Por todo eso, concluyo que la defensa legítima no es prohibida por la Biblia. Es evidente que en el Antiguo Testamento no fue prohibida. Tampoco podemos concluir que Jesús cambió eso fundamentalmente sin una evidencia más clara. Sin embargo, efectivamente tenemos principios que deben guiarnos en estos asuntos. Ciertamente nuestra preferencia debe ser evitación de la necesidad de la defensa legítima. Pero, en casos de ser necesario y de no violar otro principio relevante, creo que es una opción muy válida. Especialmente la defensa legítima en defensa de terceros inocentes considero justo y loable.
Frente injusticia de parte del gobierno y persecución, la iglesia de Cristo tendrá que sufrir y seguir adelante. Frente locos que entran en reuniones de la iglesia y actos de violencia y terrorismo similares, los cristianos pueden intervenir para defender a otros, incluso cuando es necesario para estos fines quitar la vida de un asesino.

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