En Hechos 4 la iglesia sigue con su crecimiento. Lucas informa de que la iglesia, con los nuevos convertidos había llegado a aproximadamente cinco mil personas. Pero, como suele ocurrir, cuando la iglesia crece, también vienen problemas. En este caso es persecución. La persecución, y otros problemas que vienen con crecimiento, resultan ser tentaciones que pueden desviar al cristiano de su camino.
La amenaza de persecución física, incluyendo azotes o, incluso, pena de muerte obviamente puede provocar temor y miedo importante. Aunque en esta ocasión no llegan a cumplir con su amenaza, Pedro y Juan saben que ellos habían entregado Jesús a ser crucificado hace poco. Una posibilidad real de sufrimiento y dolor es solo un ejemplo de persecución y los problemas que vienen en la vida de un cristiano.
Hay una enseñanza en Hechos 4 tan controversial que es rechazado por muchos cristianos e inconversos. Enseñarla puede conllevar vergüenza por la reacción de la gente. Es la enseñanza de la exclusividad de la salvación en Cristo. Y, no es simplemente que hay salvación solamente en Jesús, sino que es en su nombre que hay salvación. El mundo actual es pluralista y relativista. Muchos creen que todos los caminos llegan a Dios, a fin de cuentas – universalismo. Algunos creen que ideas religiosas son opiniones y preferencias disfrazadas y que no existe ni la verdad absoluta ni el conocimiento religioso – relativismo. La idea de que todas las religiones, moralidades y filosofías son igualmente válidas y que deben coexistir sin intentar convertir a los demás se llama pluralismo. Hay algunos cristianos que proponen que la gente puede ser salva por Cristo sin conocerle.
Pedro declara con valentía y sin ambigüedad alguna: «Este Jesús es la PIEDRA DESECHADA por ustedes LOS CONSTRUCTORES, pero QUE HA VENIDO A SER LA PIEDRA ANGULAR. En ningún otro hay salvación, porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres, en el cual podamos ser salvos.» (Hechos 4:11-12)
La obra evangelista y misionera es vital ya que la salvación se encuentra exclusivamente en el nombre de Jesús. Por eso, enfrentado con persecución o cualquier otro impedimento, la respuesta debe ser la misma que tuvieron Pedro, Juan y los demás cristianos – reconocer la gravedad de la situación, mantener la verdad que ya habían aceptado, e ir a Dios en oración pidiendo su ayuda.
No podemos cambiar las partes esenciales de la fe, no podemos desistir de proclamar la salvación, no podemos vacilar en nuestro compromiso, y no podemos dejar de lado la oración por la ayuda divina en nuestra misión.
En Hechos 4 una iglesia experimentando crecimiento y éxito enfrenta obstáculos. La iglesia responde bien, resultando en más crecimiento. Nosotros enfrentamos impedimentos también. Si podemos enfrentarlos de buena forma, también puede resultar en más crecimiento y vitalidad.