Contra Prácticas Místicas y Anti-Bíblicas en la Iglesia

Pablo instruye a los cristianos en Roma que deben resistir la tendencia de ser amoldado por la cosmovisión del mundo. La forma de resistir esta adaptación por ser transformado. Uno no puede transformarse a sí mismo, sino que tenemos que ser transformados por Dios. Pablo explica que Dios hace eso en nosotros cuando renovamos nuestra forma de pensar. El pensamiento es critico en el desarrollo del cristiano. Lectura bíblica, estudio contextual, y aplicación lógica de los principios bíblicos es la forma. Cuando la Biblia menciona meditación, habla de pensamiento profundo sobre la palabra de Dios, no de vanas repeticiones para vaciar la mente.

Sin embargo, en la iglesia de hoy hay algunas prácticas cada vez más comunes que van en contra del desarrollo del entendimiento según la Biblia. En otro lugar he hablando en contra de los que creen que la verdad que Dios quiere que tengamos tiene que ser más que la Biblia. Acusan a los que creen que la Biblia es la única fuente de verdad absoluta y norma suficiente para asuntos de creencia y vida de hacer “bibliolatría”. Como eso ya se refutó, ahora vamos a tratar a otras prácticas. Estas prácticas son, en distintas medidas, misticismo. La definición de misticismo que ocupo aquí es cualquier práctica que busca adquirir conocimiento o entendimiento espiritual evadiendo el intelecto.

Oración contemplativa (centrándose)

Entró en la moda cristiana que hay formas especiales de orar que pueden potenciar la oración y promover una vida más profunda. La idea es repetición de frases o versículos bíblicos, junto con respiración rítmica hasta que uno entra en un estado de cercanía con Dios. En círculos de formación espiritual, como de Dallas Willard y Richard Foster (entre muchos más) esta versión de oración ha ganado mucho interés entre gente que perciben que su vida espiritual es estancada o muy superficial. En lugar de invertir tiempo en estudio bíblico profundo y contextual, hay un atajo… contemplación. La idea empezó en el cristianismo como trecientos años después de Cristo entre unos cristianos místicos que fueron a vivir en el desierto, empezando la tradición monástica en las iglesias ortodoxas y católicas. Ellos practicaban varias cosas aparte de las cosas bíblicas para mejorar su vida espiritual (autoflagelación, pobreza, solitud, y contemplación). Es importante notar que la contemplación, en este sentido, no es la idea de pensamiento critico y lógico, sino la idea de fijar un concepto, cosa, o frase en la mente hasta que la percepción cambia. Otros términos incluyen: meditación, conciencia plena, mindfulness, etc. Hablan mucho de energías, seudociencias, mantras (o palabras sagradas), atención, iluminación,   Para ellos, encuentras el conocimiento de Dios en ti.

Hace poco fui a un evento cristiano (una conferencia misionera) donde, en un taller dirigido a misioneros, la persona dirigiendo la oración ocupó técnicas de la oración contemplativa. Primero dijo que había que cerrar los ojos e imaginar un lugar favorito para oración y llenar la mente con esta imagen. Segundo, modelo la respiración ideal e instruyó diciendo “adentro” y “afuera”. Tercero, una vez que el ritmo de respiración se estableció, empezó a repetir parte de un versículo, “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”… Después de repetir esta frase varias veces dijo que la oración se había concluido. Por supuesto, no participé. Abrí mis ojos cuando me di cuenta de lo que hacía y empecé a orar bíblicamente, hablando a Dios “con el entendimiento” (1 Cor. 14:15). Mientras Jesús advirtió en contra de repeticiones, Dijo: “Y al orar, no usen ustedes repeticiones sin sentido, como los gentiles, porque ellos se imaginan que serán oídos por su palabrería. Por tanto, no se hagan semejantes a ellos; porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes que ustedes lo pidan” (Mat 6:7-8). En contraste, Jesús dice que cuando oramos tenemos que hablar con Dios con alabanza verbal, gratitud, arrepentimiento, y peticiones. Todo lo que dice Jesús ocupa el entendimiento, presupone algún conocimiento doctrinal, y es sumamente racional. No es para nada como lo que enseñan los de la oración contemplativa. No hay atajos. No hay ninguna forma secreta. Hay que hacer el trabajo de estudiar y orar CON LA MENTE.

Palabra de fe

            Un movimiento que ya lleva un buen tiempo influenciando el mundo cristiano y arrastrando a creyentes en sus enseñanzas heterodoxos (fuera de la fe histórica y bíblica) es conocida por varios nombres: palabra de fe, prosperidad, nuevo movimiento apostólico, etc. En una adaptación de pensamientos místicos de religiones orientales, han reemplazado la idea del “pensamiento positivo” con la idea de la “declaración”, por eso se llama a veces, palabra de fe. Ellos enseñan falsamente que Dios quiere que el cristiano este siempre con buena salud. Según ellos, Dios nos creyó con poderes creativos similares a los de Él. Lo que el pecado y el diablo hizo fue robarnos de nuestro poder semidivino, según la imaginación diabólica de estos falsos maestros. Desvían a creyentes usando una tentación semejante a la de diablo en Edén: ustedes serán como Dios.

            En lugar de orar a Dios con humildad y pedir de nuestro Padre celestial, nos enseñan que hay que declarar la cosa que queremos. En fin, tienes un atajo porque a penas necesitas a Dios. Para ellos encuentras el poder de Dios en ti. La Biblia es clara. Pero, para ellos esto no es suficiente. Otra vez, no necesitas estudio y oración racional, sino solo “fe” (aunque no ocupan la definición bíblica de fe). He hablado en contra de esta idea invasiva en otros lugares. Hay que rechazar estas ideas con vigor ya que fácilmente infiltran en la mente de creyentes. La Biblia nos enseña lo que es la oración y cómo debemos pedir cosas.

Emocionalismo

            Lamentablemente, otra forma de evitar renovación de la mente, como pide Pablo, se encuentra en la reunión dominical de muchas iglesias que quieren ser fieles. Aquí hablo de la música cristiana. Desafortunadamente, algunos buscan que la música les conduce a una experiencia mística con Dios que no tiene que ver con su intelecto… es pura emoción. Claro, que ellos no creen que es una conexión espiritual con Dios. Adoración vuelve a ser simplemente una cierta emoción provocada por ciertas notas y ritmos.

            Pablo dice que nuestra adoración debe ser racional. La música de la iglesia debe expresar la verdad de la Palabra de Cristo (es decir, la Biblia). Que la palabra de Cristo habite en abundancia en ustedes, con toda sabiduría enseñándose y amonestándose unos a otros con salmos, himnos y canciones espirituales, cantando a Dios con acción de gracias en sus corazones. (Col 3:16) Muchas canciones de hoy no tienen contenido sustancial. Hay repetición. Hay ideas básicas que hacen que uno se siente bien. Las melodías y ritmos provocan sensaciones – tristeza, alegría, etc. La gente que experimenta estas emociones creen que esto es ser espiritual.

            Según la Biblia la espiritualidad es vivir según el Espíritu Santo. Es decir, la verdadera espiritualidad es una vida santa, informada por la Palabra que Él inspiró (la Biblia) y fortalecida por Su presencia en el creyente bautizado. Andando conforme al Espíritu, o sea, una vida santa caracterizada por buenas obras y el fruto del Espíritu, es la forma de medir la vida espiritual. Las emociones son parte de nosotros, algo que Dios nos dio. Las emociones, sin embargo, no son una vía confiable para conocimiento de Dios. Dios habla con nosotros con palabras inteligibles, a través de la Biblia. Las emociones tienen que alinearse con el conocimiento y entendimiento que vienen solo con estudio bíblico.

            Las emociones, así alineadas, son buenas. El miedo nos alerta a peligro. La alegría nos señala que algo es bueno. La tristeza nos señala que algo no funciona como debiera. La frustración nos señala que algo no resultó como quisiéramos. Pero, si nuestras expectativas y valores están torcidos por el pecado, podemos terminar deleitándonos en maldades, sintiendo tristeza cuando rompemos una adicción, y miedo al decir la verdad. Nuestras emociones, bien alineadas por la verdad de Dios expresada en Su Palabra, son buenas. Pero, no son confiables sin esta ancla del alma.

Experiencialismo

            El otro que quise mencionar en esta entrada en el experiencialismo. Pienso aquí en los que confían en sus experiencias y las ocupan como formas de deducir la verdad, en lugar de interpretar sus experiencias a la luz de la Escritura. Dada la prevalencia de las iglesias pentecostales y carismáticas es probable que todos ubican las manifestaciones comunes en este sector de la cristiandad. Las personas llegan a un nivel de éxtasis donde empiezan a hablar en lenguas. Otros gritan, ladran, o irrumpen en risa. Lo que tienen en común estas experiencias es que la persona está fuera de control (y, a veces, fuera de sí). Estas iglesias frecuentemente practican estas manifestaciones en formas directamente antibíblicas (hablando todos a la vez, con caos general, sin interprete, etc.). Las personas que entran en esta condición saben que son aceptadas por Dios y amadas por Él y se sienten muy espirituales por la presencia de estas manifestaciones. Mientras sus vidas pueden estar desordenadas, su doctrina puede ser herética, y sus valores iguales a los del mundo, dentro de la reunión en medio de su éxtasis, ¿Quién podrá cuestionar su espiritualidad? “¡Yo!” exclamó el Chapulín Colorado. Es difícil cuestionar la experiencia de otro. Es un conocimiento de Dios especial para ellos e incuestionable.

            Por supuesto, no se debe limitar este tipo de experiencialismo al mundo pentecostal y carismático. Hay creyentes en otras iglesias que hacen lo mismo. Ha habido un montón de grupos a lo largo de los últimos dos siglos. Los shakers y los cuáqueros fueron conocidos por sus manifestaciones. Una reunión famosa en Cane Ridge tuvo muchas manifestaciones. Los mormones decían que tenían manifestaciones e, incluso, su propia Pentecostés en Ohio. Resulta que hay manifestaciones semejantes en muchas sectas. También, hoy hay creyentes en Cristo usando drogas para generar experiencias espirituales. Resulta que experiencias tampoco son una fuente confiable de verdad absoluta. Nuestras experiencias siempre tienen que ser interpretadas. ¿Fueron reales? ¿Qué fuente tuvo? ¿Cómo puedo saber? ¿Por qué una secta tuvo experiencias similares?

            En 1 Corintios 10 Pablo alude a como los israelitas que habían salido de Egipto tenían muchas experiencias a su favor. Habían sobrevivido las plagas. Habían cruzado el Mar Rojo. Habían sido guiados por una nube y fuego. Habían recibido la Ley. Habían comido maná y habían tomado agua de una roca en el desierto. Pablo nos dice que la Roca es Cristo. Es decir, tuvieron experiencias realmente de Jesucristo. A pesar de sus experiencias sin par, Dios se desagradó de la mayoría de ellos. Faltaba fe y la santidad que debe acompañar la fe. Todas sus experiencias les había dado una falsa seguridad. Los corintos estaban en peligro de hacer lo mismo, confiando en sus manifestaciones espirituales mientras persistían con poca fe y mucho pecado grave.

            Si uno tiene manifestaciones, dones, o simplemente una experiencia de sentirse salvo; hay que evaluar todo a la luz de la Escritura. Si me sentí salvo, pero no hice lo que la Biblia dice, no confío en mi sensación sino en cada palabra que viene de la boca del Señor. Si tengo experiencias sublimes, pero no creo en la sana doctrina… las experiencias no me sirven. En el peor de los casos, podrían engañarme al pensar que Dios está bien con una falta de sana doctrina. No te dejes engañar por tus experiencias. Todo… TODO… hay que evaluar con la Palabra de Dios bien interpretada.

Deja un comentario