Antes de comenzar con el contenido principal de este escrito, quiero tomar un momento para aclarar que este escrito fue ocasionado por algo que ocurrió en la política de los EE.UU. Aquí, sin embargo, no estoy expresando una opinión solamente sobre una orden ejecutiva controversial de los EE.UU. Aunque este haya ocasionado indirectamente lo que estoy escribiendo en este momento, es, más bien, una cierta respuesta a esta orden que me ha motivado a interponer mis pensamientos. Por lo tanto, cualquier inferencia acerca de mis opiniones en este asunto que uno podría deducir no tienen lugar. El hecho de que estoy criticando una cierta respuesta que se opone a la orden ejecutiva siendo discutido no debe ser entendido como apoyo de la misma orden, ni tampoco debe esta aclaración ser tomada como oposición a la orden. La razón por esto es que la orden en cuestión y los asuntos que lo rodean son complejos y no pueden ser adecuadamente debatidos usando frases de gancho, extractos de entrevistas, chistes y memes de internet circulados en redes sociales. Es mi opinión que son pocos los usuarios de redes sociales que toman el tiempo para investigar y considerar razonadamente los asuntos relevantes, la información presentada por la oposición, e incluso sus propios presuposiciones y valores subyacentes. Si es que, por algún motivo, quieren mi opinión en un asunto, me pueden contactar directamente.
A la luz de la orden ejecutiva controversial varias personas se han apropiado un grupo específico de versículos del Antiguo Testamento dirigido a la nación de Israel como una prueba de que los cristianos deben oponerse a la orden ejecutiva. Algunos hacen eso bien cínicamente, ya que no creen que la Biblia es inspirada ni que el Antiguo Testamento sea particularmente precisa o relevante. Otros, sin embargo, sinceramente afirman que la Biblia es la verdad y también usan el mismo argumento. Me dirijo, específicamente, a estos últimos, ya que sostengo el mismo punto de vista acerca de la Biblia y, en todo lo que sigue en este escrito, suponer que la Biblia, Antiguo Testamento inclusivo, es la inspirada y autoritativa Palabra de Dios, y que es, por ende, exenta de errores. No presentaré evidencias aquí, siendo el caso que ya se ha hecho adecuadamente en otros lugares y puede ser hecho de nuevo si es necesario.
El asunto principal que quiero abarcar aquí es la complejidad de tomar una ley dirigida al Israel del Antiguo Testamento y aplicarla directamente a cualquier nación actual. Esto no es decir que no hay leyes del Antiguo Testamento relevantes para hoy – ciertamente hay. Pero, es un hecho que hay muchas leyes dadas al Israel del Antiguo Testamento que ninguna nación moderna debe seguir. La diferencia entre las leyes que Dios dio a Israel en aquella época que debemos observar ahora y las que debemos entender como siendo directamente aplicables solamente a ellos, y a nosotros solamente indirectamente, no es un asunto menor. Adicionalmente, hay un peligro en malversar leyes del Antiguo Testamento dirigidas a Israel. Por ejemplo, Pablo expresa el peligro de aceptar una ley específica en Gálatas 5:3 “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a cumplir toda la ley”. El Nuevo Testamento aclara que los cristianos no están bajo la ley. Al decir eso, no quiere decir, por supuesto, que no tenemos un código legal. Cuando dice que no estamos bajo la ley, dependiendo del contexto, puede decir que no estamos bajo la ley como un medio de salvación o que no estamos bajo el código legal dado al Israel del Antiguo Testamento. El autor de Hebreos clara y concisamente comunica esta verdad, “Cuando Él dijo: Un nuevo pacto, hizo anticuado al primero; y lo que se hace anticuado y envejece, está próximo a desaparecer.” (Heb 8:13) Es importante, entonces, tener precaución en la manera en que usamos el Antiguo Testamento.
El Israel del Antiguo Testamento fue elegido y formado para un propósito específico, en un contexto específico, y fue, por lo tanto, dado reglas específicas. Sostengo que el propósito específico de la existencia del Israel del Antiguo Testamento fue la creación de las circunstancias que Dios quiso lograr para efectuar la venida del Mesías. El proceso para llegar allí fue largo y doloroso, pero el objetivo final se cumplió en la vida, muerte y resurrección de Cristo y el establecimiento de la iglesia del Nuevo Testamento en Pentecostés. El contexto específico del Israel del Antiguo Testamento es complejo. Importante señalar aquí, son los hechos de que Israel estaba rodeado de influencias paganas y de que el pueblo de Israel no tenía el beneficio de la regeneración o la morada del Espíritu Santo, hechos posibles por la obra salvífica de Cristo, ni tampoco acceso a la Biblia completa. Esto les dejó con una desventaja importante y, por lo tanto, requería instrucciones estrictas para ayudarles a desarrollar y mantener la pureza que Dios buscaba de ellos. Algunas reglas y leyes contenidas en ese código de ley también se encuentran en el código legal del Nuevo Testamento y, por eso son obligaciones para los cristianos de hoy en día, en lugar de ser vigente simplemente debido a su presencia en el código legal antiguo. Otras leyes de Antiguo Pacto pueden ser razonablemente entendidas como prohibiciones de cosas que son siempre antitéticas al orden moral instituido por Dios para Su creación. Las leyes contra el asesinato, la brujería, la idolatría y la inmoralidad sexual son ejemplos. Del mismo modo, algunas leyes imponen cosas que siempre son buenas, basadas en la naturaleza de Dios y nuestra relación con Él como Sus criaturas. Acción de gracias y alabanzas son buenos ejemplos. Estas cosas están contenidas en el código legal antiguo y son más o menos directamente aplicables porque se tratan de cosas inherentes e intrínsecas. No es por casualidad que varias de estas leyes también se encuentran en el Nuevo Testamento. Pero hay muchas leyes en el antiguo código legal que fueron requeridas por las circunstancias específicas de Israel en el período del Antiguo Testamento, que no son obligatorias para nadie más. Algunas el Nuevo Testamento menciona específicamente a esta luz, como la circuncisión, las fiestas religiosas y las restricciones dietéticas. Debe entenderse que las listas de cosas específicamente explicadas así en el Nuevo Testamento no son exhaustivas. Algunas no son relevantes debido a cambios importantes, como es el caso con sistema sacrificial del Antiguo Testamento. Otras leyes antiguas sobre la purificación ceremonial, la pureza cultural y los identificadores externos han sido desplazadas y reemplazadas por requisitos e instrucciones espirituales e internas. Algunas leyes simplemente no tienen sentido fuera del contexto de una nación especial, con un liderazgo especial, apartada para un propósito especial, y dada un código legal especial. Las formas específicas de los juicios, los castigos y los distintivos culturales no fueron destinados para nosotros hoy. Los textos que incluyen estas reglas siguen siendo importantes. La naturaleza y el plan de Dios se pueden ver en muchas de las leyes incluso si no tienen aplicación directa hoy. Estas leyes nos enseñan, incluso siendo el caso que no tenemos que observarlas.
Todo esto es para ayudar a la gente a comprender que simplemente sacando un versículo bíblico del Antiguo Testamento e implicando que los cristianos o un país específico esté obligado a seguir las instrucciones contenidas en él es, en el mejor de los casos, equivocado e inocente, y en el peor, una distorsión maliciosa. Estudio y pensamiento serio es necesario para discernir la aplicabilidad de un texto dado. Tal vez sea directamente aplicable. A lo mejor contenga un principio aplicable. Quizás es sólo buena información histórica. Probablemente da una idea de la naturaleza y el carácter de Dios. Tal vez se repite en el Nuevo Testamento o se modifica en el Nuevo Testamento o incluso El Nuevo Testamento específicamente la cambia.
La idea detrás de algunos argumentos en oposición a la orden ejecutiva (que el simple uso de un versículo bíblico dirigido al Israel del Antiguo Testamento es prueba concluyente de que todos los cristianos que anhelan seguir la Biblia deben unirse a ellos) debe ser abandonada. Podría ser que el versículo que uno quiere usar se aplique. Pero, uno debe mostrar cómo y por qué se aplica, en lugar de sólo suponer la aplicabilidad.
Por supuesto, otros han evitado los versículos del Antiguo Testamento y han optado en buscar pasajes del Nuevo Testamento, alegando que oposición a la orden ejecutiva es una expresión necesaria del amor que Dios quiere que tengamos y que Él ha modelado para nosotros en la vida de Jesús. Si bien no hay duda de que Jesús quiere que tengamos amor, una vez más se presta muy poca atención al contexto específico y a otros pasajes que pueden ser inconvenientes para el punto que quieren hacer. Dado que me gustaría que lo que estoy escribiendo ahora sea relevante en más de un solo caso, evitaré entrar en detalles sobre los pasajes del Nuevo Testamento involucrados (como lo hice con respecto al Antiguo Testamento). La raíz del problema es que muchos de los argumentos que se están haciendo toman referencias tratando relaciones interpersonales o la operación y administración de la iglesia y las aplican directamente a la política gubernamental y civil. Como es el caso en el Antiguo Testamento, el ignorar el contexto y la intención de cualquier pasaje y apropiarse indebidamente de él es un precedente peligroso, ya sea hecho sinceramente, por falta de metodología de estudio bíblico, o más intencionadamente. Debemos siempre tratar de entender la Biblia en el contexto original y de manera responsable sacar aplicaciones para los acontecimientos y dilemas modernos por medio de pensamiento y razonamiento serio.
Si uno toma la Biblia en serio, independientemente de su opinión sobre el tema actual, debe tratar intensamente de evitar hacer daño a la Palabra de Dios. Pedro expresa el peligro de un manejo tan descuidado de la Escritura: «Y tened entendido que la paciencia de nuestro Señor es para salvación; como también nuestro amado hermano Pablo, según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito, casi en todas sus epístolas, hablando en ellas de estas cosas; entre las cuales hay algunas difíciles de entender, las cuales los indoctos e inconstantes tuercen, como también las otras Escrituras, para su propia perdición.»(2 Pedro 3: 15-16)
Si quieren debatir el tema actual, usen la Biblia cuidadosamente. Para el debate también pueden considerar la constitución de sus naciones, la eficiencia y efectividad de la medida que se está debatiendo, un análisis de costos, la imparcialidad y justicia de la idea, y más. Hay amplio espacio para un debate razonado. Sólo recomiendo que manejan la Palabra de Dios correcta y cuidadosamente. Y, si usted no cree en la Biblia (y por alguna razón ha leído todo esto de todos modos), por favor deje la Biblia fuera de su argumento.

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