Escuchando los debates y entrevistas, escuché sobre el tema de la propuesta del candidato Kast de una zanja en la frontera para impedir la inmigración ilegal. En una de las entrevistas, una periodista le preguntó sobre esta idea e incluyó que ella también es cristiana católica. La implicancia del tono y contenido de su pregunta es que la idea es incompatible con el amor cristiano que trata la inmigración como un derecho humano.
Quiero referirme a algunos conceptos relevantes. No quiero que esto se tome como una opinión acerca del candidato en general ni sobre la idoneidad de la zanja que propone. Solo quiero analizar la idea de que la zanja sea incompatible con el amor cristiano.
- La Biblia no prohíbe que una nación o pueblo establezca y defienda fronteras internacionales. Una nación soberana puede, sin infringir en ningún principio bíblico ni tampoco en alguna ética cristiana. Hay algunos que piensan que la vida de Abraham, Jacob, o José señala algo de fronteras abiertas. Pero, ellos están imponiendo ideas modernas en culturas antiguas. Los patriarcas de la Biblia siguieron protocolos culturales de su día. En algunos casos no siguieron normas y buena ética y los resultados negativos o complicados son evidentes. El muy citado caso de José y María en su viaje a Egipto para escapar persecución no señala ninguna infracción ni tampoco cambiaron fuera del Imperio Romano.
- La Biblia, de hecho, tiene ejemplos de fronteras y protecciones para ciudades y naciones. Nehemías, famosamente, supervisó la construcción del muro para proteger a Jerusalén. Las ciudades que Dios designó para los levitas tenían muros. Dios mismo designó fronteras y limites nacionales, divisiones entre tribus y familias, y pueblos apartados para ciertas clases de personas en Israel. Debe ser que no hay nada inherentemente malo con fronteras, las cuales no son nada si una nación no tiene derecho a defender y proteger a sus territorios, incluyendo el ingreso a estos. Fronteras descontroladas presentan dificultades para la seguridad de una nación, ya que personas con malas intenciones pueden aprovechar de las masas de inmigrantes para ingresar.
- No es incompatible con la Biblia usar un instrumento disuasivo que no provoca daño para impedir ingresos en pasos fronterizos no habilitados que implican un peligro para el mismo inmigrante. La presencia de trafico humano, narcotraficantes, pandillas peligrosas y condiciones climáticas y geográficas adversas son peligros reales y substanciales que enfrentan a las personas intentando ingresar de esta forma. Divisos como una zanja, un muro y/o soluciones tecnológicas que, sin tener intención de lesionar a nadie, sirvan para canalizar a los inmigrantes en lugares controlados y habilitados también es una forma de mostrar amor.
- La Biblia exige tratamiento justo y misericordioso de todas las personas. El control de la frontera no va en contra de eso. Manifestaciones violentas contra inmigrantes, insultos y burlas, y cosas semejantes, por el otro lado, van en contra de las exigencias del amor cristiano.
Hay mucho más que se podría decir acerca de políticas de inmigraciones y hacia refugiados. Aquí, sin embargo, mi intención es solamente corregir la percepción de que la idea de una zanja sea contraria a la enseñanza del cristianismo. No es el caso. Esto no quiere decir que sea una buena idea. Tampoco digo que es una mala idea. No lo he estudiado lo suficiente para comentar en factibilidad, consecuencias no deseadas, y otros factores que influyen en esta idea. Lo único que digo ahora es que no es inherentemente anti-bíblico y que hay que tener cuidado con el uso de la Biblia y el cristianismo en la política (no que no se puede y debe hacer, solo que requiere estudio cuidadoso).
