Algunas circunstancias de la vida me han llevado a pensar en la iglesia de otra forma que la tradicional en que vamos a un cierto lugar llamado popularmente “templo” o “iglesia” donde escuchamos música y una charla, más o menos siendo audiencia, y volvemos a nuestras casas. Debe ser evidente en la Biblia que la reunión de la iglesia debe ser un poco distinto. El lugar no es la iglesia; somos la iglesia. No somos audiencia; somos miembros de un cuerpo. Pero, eso me lleva a pensar ¿qué tan importante es el lugar o local?
«Y David halló gracia delante de Dios, y pidió el favor de hallar una morada para el Dios de Jacob. «Pero fue Salomón quien Le edificó una casa. «Sin embargo, el Altísimo no habita en casas hechas por manos de hombres; como dice el profeta: ‘EL CIELO ES MI TRONO, Y LA TIERRA EL ESTRADO DE MIS PIES; ¿QUE CASA ME EDIFICARAN?’ dice el Señor, ‘¿O CUAL ES EL LUGAR DE MI REPOSO? ¿NO FUE MI MANO LA QUE HIZO TODAS ESTAS COSAS?’ «Ustedes, que son tercos e incircuncisos de corazón y de oídos, resisten siempre al Espíritu Santo; como hicieron sus padres, así hacen también ustedes. – Hechos 7:46-51 El contexto es un sermón de Esteban frente los líderes judíos. Justo antes de este texto, Esteban nota que los israelitas no tenían un lugar fijo durante varios siglos: empezando con Moisés tenían una tienda que llevaban para poner en cada lugar donde se quedaban. No tenían un lugar fijo y antes de Moisés (estando en Egipto) no habían tenido nada semejante a un templo. Siglos después del Éxodo, David quería el honor de construir una “morada” para Dios, pero no es permitido hacerlo. Finalmente, Salomón tuvo el honor de construir para Dios una casa (templo). Salomón, sin embargo, reconoció en la misma dedicación que el templo no es suficiente para un Dios que habita en los cielos. (1 Reyes 8:27) La misma idea sale también en Isaías 66:1-2, que es el texto citado por Esteban. La idea de que Dios habita en un templo construido por seres humanos de materiales creadas por Él mismo es una idea humana. Moisés lo sabía, David lo sabía, Salomón lo sabía, y los profetas lo sabían. ¿Cómo podría el Dios, Creador omnipotente del universo residir en un templo hecho por seres humanos?
Pablo afirma lo mismo cuando dice: «El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hay, puesto que es Señor del cielo y de la tierra, no mora en templos hechos por manos de hombres, ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algo, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas. – Hechos 17:24-25 El contexto es un sermón de Pablo a filósofos en Atenas. Cita una idea del sermón de Esteban que tal vez había escuchado antes de participar en su muerte. El punto principal parece ser este: un dios que habita en un templo construido por seres humanos no es el Dios de la creación, y por lo tanto ningún de los dioses griegos podrían ser realmente Dios. Nuestro Dios no puede vivir en un templo hecho por manos humanas.
Esto no debe ser de sorpresa para los que conocen las palabras de Jesús: Jesús le dijo: «Mujer, cree lo que te digo: la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adorarán ustedes al Padre. «Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los Judíos. «Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque ciertamente a los tales el Padre busca que Lo adoren. «Dios es espíritu, y los que Lo adoran deben adorar en espíritu y en verdad.» – Juan 4:21-24 El contexto en este caso es una conversación entre Jesús y una samaritana. Ella percibe que Jesús es un profeta (porque había dicho cosas de su vida que no podría saber humanamente). Le pregunta si los judíos o los samaritanos tienen razón acerca de dónde uno debe ir para alabar a Dios. Jesús no contesta su duda con respecto a su tiempo actual, sino que habla de una hora que viene. Dice que en el futuro no lejano no iban a poder alabar a Dios en ninguno de los lugares que ella mencionó. Jesús indica que en todo momento el cómo es mucho más importante que el dónde. El cómo es: en espíritu y verdad. La frase “en espíritu” aquí probablemente no habla del Espíritu Santo sino de una adoración espiritual, en contraste a los muchos ritos que tenían en el AT “en verdad” aquí nos indica que adoración que agrada a Dios está basada en la verdad. Por lo tanto, la sana doctrina que viene por un buen entendimiento de la Biblia, y especialmente el NT, es clave para la adoración autentica.
«Porque desde la salida del sol hasta su puesta, Mi nombre será grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá incienso a Mi nombre, y ofrenda pura de cereal; porque grande será Mi nombre entre las naciones,» dice el SEÑOR de los ejércitos.” (Malaquías 1:11) El contexto es una profecía, en formato de una conversación entre Dios y su pueblo, Israel, en que Dios cuestiona sus prácticas y actitudes. Ofrendas de incienso y cereales ocurrían en el templo bajo la Ley de Moisés. El NT presenta nuestras ofrendas monetarias, adoración, obediencia, etc. como nuestras ofrendas para Dios y como olor fragante para Dios. (véase Hch 10:4; Rom 12:1-2; Fil 4:18; Heb 13:15-16; 1 Pd 2:5; Apoc 8:3) Esta profecía dice que lo que era exclusivo del templo en el Antiguo Testamento, en el futuro (para nosotros, en nuestro presente) sería en “todo lugar.” Es una profecía de adoración espiritual no restringida por el lugar. Podemos concluir que no hay nada semejante a un templo en que reside Dios en el Nuevo Pacto.
¿Qué hacía la iglesia de Cristo del Nuevo Testamento?
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, – Hechos 2:46 La palabra traducida como “templo” aquí es el sector del templo judío, incluyendo sus patios y atrios. En las casas compartían comidas, tal vez con la Cena de Señor en los domingos. El punto es que todavía se juntaban en el templo judío, no que habían hecho un edificio especial consagrado como “templo”. Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y proclamar el evangelio (las buenas nuevas) de Jesús como el Cristo (el Mesías). – Hechos 5:42 Estaban consistentemente en el sector del templo judío, pero también la vida de la iglesia ya estaba tomando lugar en las casas todos los días. En los dos lugares (casas particulares y el templo) enseñaban y evangelizaban.
Como bien sabemos después de Hechos 8 hubo persecución y la iglesia que había estado en Jerusalén se esparció por el mundo. Después de eso, obviamente no podían seguir haciendo reuniones de la iglesia en el templo. ¿Qué hacían?
Saluden también a la iglesia que está en su casa. Saluden a mi querido hermano Epeneto, que es el primer convertido a Cristo en Asia. (Romanos 16:5) Una simple declaración que la iglesia estaba en una casa particular. No dice tampoco que la casa es iglesia ni que es un lugar apartado para cultos. Es la casa de Priscila y Aquila y reciben allí a los hermanos para las reuniones de la iglesia local. En otro saludo, Pablo dice lo siguiente: Las iglesias de Asia los saludan. Aquila y Priscila, con la iglesia que está en su casa, los saludan muy afectuosamente en el Señor. (1 Corintios 16:19) El mismo matrimonio ya visto cambió de lugar varias veces, pero siempre establecían una iglesia en su casa. Es la misma idea que ya vimos.
Pero cuando algunos se endurecieron y se volvieron desobedientes, hablando mal del Camino ante la multitud, Pablo se apartó de ellos llevándose a los discípulos, y discutía diariamente en la escuela de Tirano. Esto continuó por dos años, de manera que todos los que vivían en Asia (provincia occidental de Asia Menor) oyeron la palabra del Señor, tanto Judíos como Griegos. (Hechos 19:9-10) Pablo y los discípulos de Éfeso continuaban juntándose en la sinagoga, pero no sabemos si era para su culto o solamente para evangelismo. En un momento cambiaron a la escuela de Tirano. Tirano puede ser un sustantivo para un gobernante o un nombre propio. En este estudio, no importa. La palabra traducida como “escuela” puede ser una academia o un salón para reuniones públicas. Puede ser que la iglesia pagaba un arriendo por el uso del espacio o que Tirano era un hermano o simpatizante del evangelio que les prestaba el lugar. No tenemos más información para saber con precisión. Es posible que esto es contemporáneo con la iglesia en la casa de Priscila y Aquila mencionada en 1 Cor 16:19, o que es el mismo grupo que después de dos años cambió de lugar, o que esto es su instancia de evangelismo mientras que se juntaban en casa para el culto.
Saluden a los hermanos que están en Laodicea, también a Ninfas y a la iglesia que está en su casa. (Colosenses 4:15) Ubica a una iglesia en la casa de Ninfas. Como en lo que vimos con Priscila y Aquila, la “iglesia” no habla del lugar sino de los hermanos. No se olviden que la palabra iglesia viene de “ekklesia” en griego que decía “asamblea, congregación, un grupo llamado” no hace referencia a lugares.
Pablo, prisionero de Cristo Jesús, y el hermano Timoteo: A Filemón nuestro amado hermano y colaborador, y a la hermana Apia, y a Arquipo, nuestro compañero de lucha, y a la iglesia que está en tu casa: (Filemón 1:1-2) Hay una iglesia en la casa de Filemón. Es decir, es el lugar que usan para sus reuniones principales. Otra vez, la palabra iglesia habla del grupo de hermanos reunidos como una comunidad. No es la idea que esta persona solamente con su familia fue “una iglesia en casa” como algunos hoy pueden decir. La idea es que los hermanos se congregaban en su casa en los domingos para la reunión principal de la iglesia.
El concepto de un edificio dedicado a ser “iglesia” o “templo” es simplemente desconocido en este tiempo. En la historia, según la arqueología, el primer edificio dedicado a ser “iglesia” se construyó en aproximadamente 240 d.C. No fue común hasta después de 300. d.C. Antes de eso, las iglesias se reunían en espacios públicos cómo escuelas, catacumbas, anfiteatros, el atrio del templo en Jerusalén o, más frecuentemente, en casas de los miembros. Los primeros edificios de “iglesia” son casas reutilizadas como “iglesia”. Todavía no eran templos.
El Nuevo Testamento no presenta ninguna enseñanza clara acerca del tema de dedicación de un lugar como iglesia. Ni lo manda ni lo prohíbe. Un lema importante es “donde habla la Escritura nosotros hablamos; donde se calla la Escritura nosotros nos callamos.” Esto es decir que no hacemos nuestra opinión personal un dogma que todos deben observar, sino que dejamos el tema a la libertad de conciencia.
Sin embargo, podemos apreciar que el Nuevo Testamento tiene un enfoque claro que es el grupo de personas que es la Iglesia. Las imágenes que presentan los escritores del NT indican que la iglesia (como grupo de personas) es el templo de Dios. Nosotros sí debemos mantener el mismo enfoque. El lugar de las reuniones, incluso si es un lugar dedicado, no es el templo y no es la iglesia.
Si una iglesia local quiere tener un lugar dedicado para los cultos, debe reconocer que este lugar no es “iglesia,” “templo,” etc. en sus sentidos bíblicos. Lo mejor sería decir que tener un local es un recurso oportuno o una conveniencia para lograr una meta en una cierta circunstancia. En este caso, hay que evaluar las metas de la iglesia (bíblicamente) y si un local dedicado es la forma más oportuna para lograr la meta sin perjudicar demasiado las otras metas bíblicas que la iglesia debe tener.
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