El tema del anticristo es un tema bien controversial en algunos círculos en el cristianismo. Hay mucha especulación y poca información. Cuando Juan habla del tema aquí, es bastante más práctico. El tema del anticristo no es algo solamente para el futuro, es algo que siempre ha estado presente. El peligro es real. Veremos lo que dice Juan.
Hijitos, es la última hora, y así como oísteis que el anticristo viene, también ahora han surgido muchos anticristos; por eso sabemos que es la última hora. Salieron de nosotros, pero en realidad no eran de nosotros, porque si hubieran sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron, a fin de que se manifestara que no todos son de nosotros. Pero vosotros tenéis unción del Santo, y todos vosotros lo sabéis. No os he escrito porque ignoréis la verdad, sino porque la conocéis y porque ninguna mentira procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es el anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo aquel que niega al Hijo tampoco tiene al Padre; el que confiesa al Hijo tiene también al Padre. En cuanto a vosotros, que permanezca en vosotros lo que oísteis desde el principio. Si lo que oísteis desde el principio permanece en vosotros, vosotros también permaneceréis en el Hijo y en el Padre. Y esta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna. Os he escrito estas cosas respecto a los que están tratando de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que recibisteis de él permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; pero así como su unción os enseña acerca de todas las cosas, y es verdadera y no mentira, y así como os ha enseñado, permanecéis en él. (1 Juan 2:18-27)
No hay un solo anticristo. Hay muchos. Y, en la época de Juan, ya estaban en el mundo y molestando a la iglesia. De hecho, parece que una secta ya se había apartado de la iglesia verdadera. Juan indica que los que salieron no fueron parte de la iglesia, aunque participaban con la iglesia. ¿Por qué? Porque negaban enseñanzas esenciales. Específicamente, en este caso, negaban la realidad de la Persona de Cristo. Como ya se vio en el primer capitulo de esta carta y por las palabras de 2 Juan 7, podemos suponer que Juan está defendiendo el cristianismo autentico contra el docetismo y el gnosticismo. Está defendiendo la deidad y la humanidad de Jesucristo. En estas y otras sectas es común negar o la humanidad o la plena deidad de Jesucristo. Este problema es más que un detalle teológico para debatir en la academia. Es un tema central y esencial. Errar en esto es un error grave. Enseñar una doctrina que no afirme la humanidad y deidad de Cristo y/o que niega su función mesiánica como Señor y Salvador es aliarse con el espíritu del anticristo.
En Juan, es evidente que el amor es esencial. Es evidente que la moralidad y santidad es esencial. Y, aquí, es evidente que la verdad también es esencial. Nuestra cristología (doctrinas o enseñanzas acerca de quién es Jesucristo y su obra redentora) es sumamente importante. Después de advertir contra la misma enseñanza, Juan indica en su segunda carta que, si uno se desvía en eso, pone en peligro su salvación, diciendo: Tened cuidado para que no perdáis lo que hemos logrado, sino que recibáis abundante recompensa. (2 Juan 1:8)
El remedio aquí es la unción (la palabra también puede ser traducida como ungüento, una especie de remedio) del Santo. El Santo aquí, probablemente es Jesús mismo. Su unción aquí probablemente es el mensaje del Evangelio. Ellos ya habían conocido, recibido, y aceptado el Evangelio. Estas buenas nuevas ya estaban en ellos y ellos no tenían que depender de algún conocimiento místico que solamente ciertas personas espirituales tenían (como dice el gnosticismo). Más bien, cada uno de ellos, y cada uno de nosotros, podemos conocer la verdad por estudio de la Palabra de Dios para no ser engañado y desviado por enseñanzas falsas y anticristianas.
¿Puedes identificar enseñanzas anticristianas? Si tu respuesta es que no, es tiempo de estudiar la Palabra de Dios para que entre en ti como una unción de Dios. Aplícatela como un ungüento contra la enfermedad de enseñanzas falsas. El remedio que combate el cáncer de falsa doctrina es la sana doctrina que hay en la Biblia.
ÍNDICE
PREVIO: EL AMOR, BUENO Y MALO
SIGUIENTE: CHAO, PECADO
4 comentarios sobre “Defensa contra el anticristo y la unción del Espíritu Santo– 1 Juan 2:18-25”