El texto

Al oír esto, compungidos de corazón, dijeron a Pedro y a los demás apóstoles: Hermanos, ¿qué haremos? Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque la promesa es para vosotros y para vuestros hijos y para todos los que están lejos, para tantos como el Señor nuestro Dios llame. Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas. (Hch 2:37-41)

El debate acerca del propósito del bautismo tiene muchos puntos de conflicto. A nivel global, hay que ver cual es el mensaje del Nuevo Testamento. Esto se ve a la luz de muchos pasajes bíblicos que hablan del bautismo, la salvación, la gracia y la fe. Hay muchos pasajes que, aun a los que creen que el bautismo no es para la salvación, parecen indicar una relación estrecha entre el bautismo y la salvación, o algún aspecto de la salvación. Ellos, por supuesto, niegan esta relación general y en cada texto que para ellos parece decir que el bautismo tiene relación con la salvación, presentan argumentos para permitir o exigir otra explicación.

En muchos casos se puede apreciar que detrás de su interpretación hay una idea preconcebida de que el bautismo no es necesario para la salvación. De los pasajes, Hechos 2:38 siempre ha sido un punto de debate. ¿Qué dice este versículo acerca del bautismo?

Primero que nada haremos una análisis inicial del pasaje y sus detalles, luego haremos una vista a algunas ideas alternativas.

El contexto

El contexto del pasaje es la primera predicación de Pedro, y la primera de la Iglesia, tras recibir el Espíritu Santo de forma milagrosa para dar poder a su ministerio apostólico. Nuestro texto viene tras un potente sermón en que Pedro ha defendido el plan de Dios de enviar a Su Mesías, quien el pueblo había entregado a Pilato, y estaban responsable, por eso, por la muerte del esperado Mesías. Más, este Mesias había resucitado de entre los muertos y ascendido a la diestra del Padre. Ahí en el cielo espera hasta que sus enemigos sean hechos estrado de sus pies. Esta conclusión del sermón es muy llamativa ya que obviamente los que habían provocado la muerte del Mesías (Cristo) serían sus enemigos. Ser hecho estrado de sus pies, habla de su derrota y que fácilmente podrían recibir pena de muerte. Ellos recibieron el mensaje claro y fuerte.

La reacción de unos miles de los judíos presentes para celebrar el Pentecostés de los judíos demuestra que fueron convencidos de la veracidad de lo que Pedro decía y preocupados por la conclusión del sermón. Entendían que ellos eran los enemigos y que Cristo iba a ser victorioso cuando volvía. Había que arreglarlo si fuera posible. Por eso dice que “compungidos de corazón…” hablaron a Pedro y los demás apóstoles. La Palabra de Dios predicado a ellos penetró hasta el corazón. Tal como es el diseño de Dios, Su Palabra tiene este efecto. Juan 20:31 dice que Juan escribió su evangelio para que sus lectores podrían creer que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y creyendo tendrían vida eterna. Pablo dice que 2 Timoteo 3:15 que las Escrituras dan sabiduría para salvación. Hebreos 4 y Santiago 2 hablan de la capacidad de la Escritura de llegar hasta el más interior de nuestro ser. Romanos 10 dice que solamente podemos creer si hemos escuchado (o leído) el Evangelio. El Evangelio predicado por Pedro en Pentecostés tuvo el efecto deseado.

Analisis del texto

Con esto en mente leemos la pregunta que ellos hicieron “hermanos, ¿Qué haremos? Habiendo entendido la gravedad de su situación y convencidos de la veracidad de lo que decía por Escritura, testimonio y predicación persuasiva, esperan que esté mensaje tiene una acción esperada para resolver el problema. ¿Qué deben hacer ya que se encuentran enemigos del Mesías?

Pedro contesta. Antes de ver la respuesta, considerando la pregunta y el contexto de la pregunta, tenemos que entender que Pedro les va a decir cómo pueden remediar la condición presente. Son culpables de uno de los peores pecados imaginables, traición y muerte del Cristo. En este contexto, uno espera un mensaje de salvación; la respuesta debe incluir la forma de salir de este pecado para estar en buena relación con el Mesías cuando vuelve.

La respuesta contiene dos condiciones y dos resultados. Las dos acciones que ellos deben tomar, que forman las condiciones, son arrepentimiento y bautismo. Arrepiéntanse o arrepentíos es un imperativo, segunda persona plural. Arrepentimiento habla de un “cambio de la mente” implicando un cambio en la forma de pensar, evaluar y tomar decisiones. El arrepentimiento señala que tienen que empezar a pensar en Cristo como Señor y Salvador, evaluar las cosas bien bajo esta cosmovisión, y tomar decisiones adecuadas considerando esta realidad.

La segunda cosa que deben hacer es ser bautizado. Este verbo sigue siendo imperativo, pero ahora es tercera persona singular. Esto tiene sentido pensando en lo que es un bautismo y cómo se hace. Mientras arrepentimiento es algo que uno hace, el bautismo es algo que otra persona realiza. El bautismo es una acción en que el sujeto es pasivo mientras otra persona hace el bautismo. Ya que es imperativo, ellos tienen que hacer algo, pero como es pasivo y tercera persona, tienen que dejar que otra persona les bautice. Aunque es singular, ya que cada individuo tiene que ser individualmente bautizado, sigue teniendo el énfasis plural porque Pedro agrega, “cada uno de vosotros/ustedes”.

Este bautismo se realiza en el nombre de Jesús. “En el nombre” quiere decir, bajo el poder o la autoridad de…” más que señalar una formula usada en el momento del bautismo. El texto no dice específicamente qué decían en el momento del bautismo ni que confesión hacían (si hacían una confesión). Realmente no dice nada acerca de cómo hacer un bautismo. Que el bautismo se hace en la autoridad de Jesús parece ser relevante siempre, pero tal vez un poco más que lo normal dado que ellos acaban de darse cuenta de que son enemigos de Jesús y, por eso, de Dios. Someterse a Jesucristo es de suma importancia. Las palabras son relevantes para más que el caso presente, como se ve más adelante. Algunos debaten, a base de eso, si hay alguna diferencia entre eso y la Gran Comisión en Mateo 28:19 donde el bautismo funciona como sinécdoque que representa la salvación, pero se hace en el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Pero, como ellos son tres Personas de un solo Dios, compartiendo un solo nombre (poder, autoridad, voluntad y posiblemente una alusión al nombre Yahvé) realmente no hay una diferencia sustancial entre el bautismo en la autoridad de uno o de los tres, ya que comparten un nombre. En fin, en Hechos, como en gran parte del Nuevo Testamento, aceptar a Dios Padre no es la parte controversial. Aceptación de Dios Hijo, Jesucristo, el Mesías es lo controversial y, por eso, destacado en Hechos.

¿Qué es bautismo? Bautismo es inmersión. En algunos contextos, por la similitud, puede hablar del lavamiento ceremonial de instrumentos o manos. Se puede usar metafóricamente para hablar de ser cubierto en dolor, sufrimiento, angustia, etc. Estos usos se basan en el sentido normal que es inmersión en agua, normalmente con una connotación religiosa. Sabemos que el mundo judío había empezado a hacer lavamientos ceremoniales de las personas, también llamadas bautismos, pero bastante distintas a lo que vemos en el Nuevo Testamento. Juan el Bautista vino realizando inmersiones para preparar el camino para Jesús. Jesús mismo fue bautizado por Juan el Bautista para cumplir con algo particular de su ministerio, pero no para perdón de pecados ya que no tenía pecados. Lo que señala aquí Pedro, entonces, es similar en la forma (por eso sigue llamándose bautismo) pero distinto en la función, como se verá en un momento. A menos que haya algo contextual para requerir una interpretación simbólica o metafórica, se debe suponer el sentido normal de la palabra. En este texto, aparte de esta norma de suponer el sentido normal, también tenemos la idea que ser bautizado es un imperativo. Uno no puede “bautizarse” en el Espíritu Santo ni en un sentido metafórico. Lo que uno sí puede hacer es acudir al bautismo y dejar que otro le bautice.

El bautismo es “para perdón de pecados y…” La palabra “para” traduce la palabra griega “eis” que es una preposición señalando movimiento hasta, hacia, o hacia dentro de algo cuando habla de movimiento físico o conceptual. Cuando se habla en el sentido como aquí y en otros lugares tiene el fin de señalar propósito o resultado, “para conseguir” o “para obtener” o “para tener”. La palabra se usa alrededor de 1770 veces en el Nuevo Testamento con el mismo sentido normal. La idea obvia del uso de la palabra eis es que el resultado o propósito del arrepentimiento y bautismo es el perdón de pecados y el don del Espíritu Santo.

Perdón de pecados, también llamado “justificación” en otras partes de la Biblia es obviamente un don de la salvación, algo que Dios otorga en su gracia cuando uno es salvo. Perdón de sus pecados es algo que, según este pasaje, se otorga en el momento del bautismo. El bautismo resulta en perdón de pecados. Esta relación sumamente estrecha entre arrepentimiento, bautismo y perdón de pecados indican que estamos hablando del momento de salvación. Otros textos del Nuevo Testamento también vinculan el bautismo con salvación en general, con perdón de pecados o con otros dones de la salvación (como nueva vida). Perdón de pecados habla de que uno ya no tiene que enfrentar juicio por los pecados. Los pecados pueden dejar secuelas y tener consecuencias después de recibir perdón. El perdón se trata de la culpa legal delante de Dios que uno tiene debido a sus pecados. En el bautismo uno se convierte de un pecador culpable, sujeto a juicio y condenación a la condición de un pecador perdonado, con el castigo cancelado, para que en el juicio final no será condenado. Esto resuelva el problema puntual de la audiencia de Pedro, pero va mucho más allá. No es perdón de “el pecado” que ellos habían hecho. Es, más bien, perdón de “sus pecados”. Todos sus pecados, su estado de “pecador culpable” ha sido perdonado. Quedan justos delante de Dios, su Juez.

El don del Espíritu Santo también es un don de la salvación, algo que uno recibe junto con el perdón de pecados, que es la cosa principal de la salvación y lo que más necesitamos para vivir eternamente con Él. El don del Espíritu Santo habla de su presencia o morada en el cristiano con el fin de cooperar en el proceso de la santificación. Entrar en detalle acerca de Su obra en la conversión y el proceso de santificación posterior a la salvación inicial es más allá de lo que busco hacer aquí. Será suficiente por el momento notar que este don también es parte del resultado o propósito del arrepentimiento y bautismo.

Lo que Pedro está expresando es una promesa condicional. La doble promesa (perdón de pecados y el don del Espíritu Santo) viene con una doble condición. Que la aplicación de esta promesa es mucho más amplia que el contexto original de la pregunta se entiende por los siguientes versículos. Pedro dice que la promesa es válida para ellos y para sus hijos y para todos los que son llamados por el Señor, aunque estén muy lejos. Los que están allí son complicitos en la muerte de Jesús. Los demás también por concepto de su muerte sustitucional, pero eso no es el punto de la pregunta que se hizo a Pedro. ¿Por qué es la promesa válida para otras generaciones? Por qué no se trata de perdón de un pecado especifico. La muerte de Jesús y la oferta de salvación en Jesús es para todos. Dios quiere salvar a todos y llama a todos, y a todos hace la promesa de perdón de pecados y el don del Espíritu Santo. Como en el caso de muchas de las promesas de Dios, es condicional para la audiencia original y sigue siendo condicional para las demás generaciones de creyentes. Todos reciben la promesa condicional, pero no todos cumplen con las condiciones. No todos están dispuestos a creer, arrepentirse y ser bautizados. Salvación (perdón de pecados) y otros beneficios (don del Espíritu Santo) no son prometidos a los que incumplen con las condiciones. La gracia de Dios es inmerecida, pero no es incondicional. El amor de Dios es incondicional en un sentido, pero gozar de los beneficios de su amor depende de cumplir con condiciones básicas. La gracia del Señor es que, en lugar de exigir perfección o juicio eterno, acepta fe, arrepentimiento y bautismo para regalarnos los beneficios de su salvación.

Otras ideas protestantes

La gran parte del mundo protestante no cree que el bautismo es necesario para ser salvo. Tienen objeciones teológicas como que eso sería salvación por obras (hablo de eso en otros lugares) o que infringe en el concepto de sola fe (aunque la persona que inventó las “solas”, Martin Lutero, aceptaba esto y la necesidad del bautismo). Nuestro método de estudio bíblico no debe ser de llegar con ideas preconcebidas y luego torcer la Escritura hasta que diga lo que queremos escuchar. Siempre debemos ver a los pasajes honestamente y luego llegar a conclusiones. A.T. Robertson dice así: Mi punto de vista es decididamente en contra de la idea de que Pedro, Pablo, o cualquier persona en el Nuevo Testamento enseñó que el bautismo sea esencial para la remisión de pecados o el medio de asegurar tal remisión. Entonces, entiendo que Pedro esté promoviendo el bautismo de cada uno de aquellos que ya había vuelto (arrepentido) y que sea hecho en el nombre de Jesucristo sobre la base del perdón de pecados que ya había recibido. [de su comentario sobre este versículo en Robertson’s Word Pictures]. En un léxico llamado NAS New Testament Greek Lexicon, hablando de la palabra eis, y defendiendo una definición distinta a la normal en este contexto dice: También en este pasaje [Hechos 2:38] la palabra [eis] significa una acción del pasado. De otra forma, sería una violación de tono completo de la enseñanza del Nuevo Testamento acerca de salvación por gracia y no por obras.

Estos dos ejemplos, entre muchos otros dejan en claro que sus ideas preconcebidas (que el bautismo es una obra y la inclusión del bautismo como condición o medio para la recepción de la salvación sería una negación de la salvación por gracia) están limitando y dirigiendo su interpretación del texto y su definición de palabras. Están dispuestos a tomar definiciones cuestionables e improbables si esto les permite no cuestionar las ideas que llevan al texto.

EIS en Hechos 2:38

Ya que hemos comenzado con la palabra eis, y como este es una de las objeciones principales contra lo que nuestra interpretación ha visto y lo que parece ser la intención clara del texto, veremos esta palabra con un poco más de detalle.

Como ya se ha visto, hay un perjuicio protestante contra la necesidad del bautismo para salvación. Debido a esto es difícil, a veces, encontrar herramientas imparciales en este asunto. Tanto Robertson como varios léxicos ceden a la presión de la conclusión deseada. Son lejos de ser los únicos en abogar un uso causal de la palabra eis en Hechos 2:38; esto es decir que el sentido de eis aquí es “por causa de” o “sobre la base de” algo ya ocurrido. Dicen, por eso, que uno debe ser bautizado por que ya ha sido salvo y perdonado. Algunos dicen que esto se aplica al arrepentimiento y el bautismo, y otros que se aplica solamente al bautismo. Entonces algunos entienden que el ordo salutis (orden de salvación) en este texto es fe (compungidos de corazón) à arrepentimiento à perdón de pecados à Espíritu Santo à bautismo. Sin hacer análisis, debe ser obvio que si esto fuera lo que Pedro hubiera pensado y deseado expresar, hay mejores formas en griego de decirlo.

John MacArthur, un predicador famoso en internet, libros y por su Biblia de estudio, dice en su sitio web acerca del pasaje: “Pero hay varias interpretaciones plausibles de este versículo que no conecta el perdón de pecados con el bautismo. Es posible traducir la preposición griega eis – “a causa de”, o “sobre la base de”, en vez de “por”. Se usa en este sentido en Mateo 3:11; 12:41 y Lucas 11:32.” Da dos otras interpretaciones (que la frase acerca del bautismo es una declaración parentética desconectada de arrepentimiento para perdón de pecados o que se expresa así porque los judíos necesitaban un rito externo conectado a la realidad espiritual para realmente arrepentirse en este momento) para esquivar lo que parece ser la enseñanza del texto, por si acaso este no convence. Pero, antes de dar cualquier interpretación comienza con su conclusión, como idea preconcebida, que va a guiar su interpretación. Dice, “…el bautismo y otras formas de ritos no son necesarios para la salvación, ningún pasaje individual puede enseñar de otra forma. Así que debemos buscar interpretaciones de esos pasajes que están en harmonía con la enseñanza general de la Escritura.”

El “Comentario bíblico mundo hispano” en su tomo 18, comentando sobre el mismo pasaje dice que la interpretación de eis como “sobre la base de” es “posible” pero admiten que no es “la interpretación normal”. Presentan una segunda interpretación posible que, como también señala como posibilidad MacArthur, la frase acerca del bautismo realmente es desconectado de lo demás de la oración.

Pero, esta interpretación de eis realmente no es tan plausible. Como bien cita el Dr. D.A. Nash en su análisis de la palabra, la palabra eis tiene aproximadamente 1770 usos en el Nuevo Testamento y solo 4 casos son cuestionados. El caso en Hechos 2:38 es cuestionado solamente por perjuicio teológico y no por evidencias textuales. Él presenta interpretaciones razonables de los otros 3 casos cuestionados comúnmente, dando interpretaciones que ocupan el sentido normal de la palabra eis en Mateo 3:11; Mateo 12:41 (Lucas 11:32, siendo el mismo texto); y Romanos 4:20. En un cuestionario enviado a académicos y eruditos, y haciendo observación en los mejores léxicos no sectarios (no publicados por grupos que rechazan la necesidad del bautismo) el consenso a favor de un significado de resultado o propósito es el sentido normal y extremadamente probable. “A causa de” o “sobre la base de” no son interpretaciones aceptables de la palabra eis. No salen en Thayer ni Kittel. Son “controversiales” en según Nash en A Greek-English Lexicon of the New Testament and Early Christian Literature, p 229.

A favor de la interpretación normal de eis en este context se agrega que la misma expresión se usa en  porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados. (Mat 26:28) “Para”, aquí, corresponde a “eis”. Nadie cuestiona el sentido normal porque no hay un perjuicio en contra.

En Hechos 3:19 Pedro también ocupa la palabra eis. La construcción no es exactamente igual, pero semejante. Hay dos imperativos, eis (para que) sus pecados sean borrados. Como no menciona bautismo no es controversial y, por lo tanto, el sentido de “eis” no se cuestiona. Pero, es el mismo autor, en un contexto parecido (predicación evangelistica terminando en un llamado a salvación), citando el mismo predicador.

Objeciones «plural/singular» y «frase parentética»

Otro mecanismo usado para apoyar cualquier interpretación de lo que parece que señala el texto es el cambio de segunda persona (arrepentíos) a tercera persona singular (bautícese cada uno). Es interesante, pero no cambia el sentido del texto. El cambio probablemente refleja la diferencia en algo interno y que puede ser hecha de forma grupal y algo que, por diseño, es tiene que hacerse de forma pasiva en individuos. De hecho, el énfasis plural (aunque el verbo es singular) se entiende porque dice “cada uno de vosotros”. Vosotros es obviamente plural y es conectado directamente con el bautismo.

La idea de que sea una declaración parentética más o menos desconectada de lo demás de la respuesta también carece de sustento contextual. A mi me gusta incluir declaraciones parentéticas (como tal vez se ha observado) para aclarar cosas sin perder el flujo de una declaración. No hay evidencia a favor de lo mismo aquí, excepto el perjuicio contra el bautismo. En la soteriología de algunos no pertenece aquí y hay que encontrar una explicación que permite conservar su punto de vista frente este texto.

Objeciones sobre cuál bautismo y simbolismo

Otra explicación infrecuente, dado por desesperación cuando los otros fallan es que no habla de bautismo en agua sino de bautismo en el Espíritu Santo. No hay comentarios principales que creen que este sea una explicación razonable. Hay mucho que se puede decir acerca del bautismo en el Espíritu Santo. Por el momento se notará que en la Biblia, en la experiencia cristiana hay un solo bautismo (Efesios 4:5). Es muy probable que el bautismo en el Espíritu y el bautismo en agua ocurren en el mismo momento (Juan 3:5; Tito 3:5). Este texto también sería una evidencia a favor de eso ya que el don del Espíritu Santo es el resultado o propósito del bautismo. En fin, no tendría mucho sentido tampoco mandar a una persona o un grupo de personas a bautizarse en el Espíritu Santo a menos que sea un acto que ellos pueden iniciar de alguna forma. Tiene más sentido lógico y bíblico entender que habla de bautismo en agua.

Muchos no entran en detalle y simplemente dicen que el bautismo aquí es bautismo en agua y que el texto sí dice que es para perdón de pecados, pero que se entiende que es solo simbólico porque este es el testimonio constante de la Biblia respeto a la soteriología y el bautismo. Esto, evidentemente, no hace justicia al texto. El texto no dice que simboliza algo ni que sea un testimonio. Es la respuesta a una pregunta. Es una respuesta que da dos condiciones que resultan en perdón de pecado y el don del Espíritu Santo. Ahora, si fuera el caso que en los demás pasajes acerca del bautismo dijera que es solo un símbolo o testimonio, esto sería una evidencia para consideración. Pero, no es el caso. Los otros textos principales acerca del propósito o función del bautismo también parecen decir que es estrechamente vinculado a la salvación.

Objeción de aplicabilidad

Una objeción inusual, pero también presentada es que el bautismo aquí es en agua y es para recibir perdón de pecados, pero solamente se aplicaba a judíos bajo la dispensación de la Ley. Un grupo llamado a veces “hyperdispensacionalismo” o “ultradispensacionalismo” o “dispensacionalismo a mitad de Hechos” cree que el Nuevo Pacto de salvación por gracia empezó a tomar efecto en el contexto de la predicación a los gentiles en Hechos 11, Hechos 15, o Hechos 28. Todo lo que se dio y habló o escribió antes de eso (las primeras cartas de Pablo, las cartas de Pedro, Hebreos, Santiago, y los Evangelios) fueron en el contexto judío de la Ley. Charles Ryrie, un dispensacionalista no de los “ultras” afirmó que estaba de acuerdo con su idea de que bautismo en agua fue solamente un rito transicional entre la Ley y la gracia. (Charles Ryrie, Dispensationalism Today, p. 196) Versículo 39 claramente amplía la aplicación de la promesa y sus condiciones a los judíos y gentiles prosélitos presentes, y a otras generaciones, y a personas distantes, y para todos los que el Señor llame. Incluso sin considerar otros versículos relevantes, el contexto inmediato da una interpretación y aplicación universal para todos los que reciben el Evangelio.

Conclusión

Guardan en su memoria lo que se aprende aquí y en el artículo de Nash acerca de la palabra eis. Será útil en otros momentos de los estudios sobre el bautismo. Sale en Romanos 6:3 que hemos sido bautizados “eis” (hacia, hacia adentro de, para unirnos con) Cristo y “eis” su muerte. En Gálatas 3:27 también dice que hemos sido bautizados “eis” Cristo.

Hechos 2:38, a pesar de las muchas objeciones, enseña claramente que el arrepentimiento y el bautismo son condiciones para recibir el perdón de pecados y el don del Espíritu Santo.

Bautismo para salvación

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